Utilizar niños y niñas en spots propagandísticos para promocionar actividades gubernamentales, constituye una obvia violación de la ley y de tratados internacionales. Una de las tantas víctimas, decide romper el silencio.
Roxana Estrada Martínez es una joven matancera, menor de edad y estudiante del pre universitario “Leonel Fraguela” del municipio Colón, que con apenas 17 años fue convocada, bajo amenaza y con carácter de obligatoriedad, para que participara en los actos organizados por el gobierno cubano con el propósito de presentar a la opinión internacional el repudio del estudiantado al programa de becas que ofrece la organización sin fines de lucro World Learning.
Nos cuenta la entrevistada que todo es una gran farsa. La intención es conseguir un copioso grupo de escolares mediante diversas, pero tajantes, amenazas. Y refiere, que hacen preparatorias, como un tutelar, donde le enseñan a los muchachos consignas y proclamas para que las repitan el día que este previsto el acto.
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“No es nada más que una película bien preparada ya que los jóvenes de mi edad, universitarios, no conocen nada sobre las becas, ni siquiera cuáles son sus principio ni a dónde van dirigidas”, afirma la menor de edad con el permiso de sus padres Abel Jesús Estrada Hernández y Midalis Martínez Alvarado.
A lo largo y ancho de la isla, multitud de alumnos cubanos son congregados en los centros de estudios para corear “juntos, unidos”, “todos por Cuba” y “la voluntad de conquistar un mismo sueño”, consignas todas dirigidas contra World Learning, que, vale aclarar, no es una acción subversiva de ningún gobierno contra Cuba sino una organización sin fines de lucro que persigue capacitar a personas y ayudar al fortalecimiento de instituciones a través de la educación, del desarrollo sostenible y los programas de intercambio en más de 60 países.
La joven explica cómo el pasado viernes 23 de septiembre, Norma Betancourt, directora de la escuela, convocó a todos los estudiantes del plantel para que participaran de manera obligatoria argumentando que el que no asistiera no tenía derecho a los exámenes finales o, como posible opción, serían expulsados del centro.
Valerse de los adolescentes con la clara intención de promocionar campañas políticas gubernamentales, solo evidencia la carencia de leyes que regulen el entrometimiento en el normal desarrollo de la juventud y la niñez.