El activista Raúl Soublett López y la madre de su novio, Dayami Valdés, están retenidos desde hace días en el aeropuerto internacional Tocumen de Panamá, porque el régimen de Nicaragua les negó la entrada y ninguno de los dos desea regresar a Cuba.
Esta inusual situación comenzó el 22 de septiembre, cuando intentaron viajar a Nicaragua y fueron sorprendidos con la prohibición. Posteriormente, pidieron asilo. La organización pro derechos humanos Human Rights Watch, HRW, solicitó que la petición sea abordada rápidamente y advirtió que los derechos de ambos estarían en peligro en Cuba.
La activista Marta María Ramírez denunció a través de Facebook que ambos detenidos solo pueden comer una vez al día y deben costearse ellos mismo sus alimentos. "¿Quién no sabe lo que cuesta comer en un aeropuerto?", planteó.
Ramírez también denunció que las autoridades panameñas no permiten que Soublett y Valdés se bañen pues el lugar donde están detenidos no tiene las condiciones para ducharse.
Soublett es una persona seropositiva al VIH, aseguró Ramírez, quien necesidad tomar medicamentos.
El investigador sénior de HRW, Juan Pappier, también lamentó las condiciones de ambos en Tocumen, y pidió el martes en Twitter a las autoridades panameñas que analicen con celeridad la solicitud de asilo de los cubanos.
"Llevan 5 días en aeropuerto esperando una respuesta. Los dos sufren problemas graves de salud. Se están quedando sin comida. No tienen elementos de aseo o higiene", aseveró Pappier.
"Enviarlos de vuelta a Cuba sería poner en riesgo sus derechos", subrayó Pappier la semana pasada, también en Twitter.
El 22 de septiembre, el periodista independiente Hector Luis Valdés Cocho, novio de Soublett, explicó en una directa en Facebook que tanto su madre como Soublett iban a entrar a Estados Unidos haciendo la ruta desde Nicaragua y que solo hacían escala en Panamá.
Valdés Cocho señaló que Soublett salió del país bajo amenaza por su activismo político y defensa de los derechos de la comunidad LGBTI, y de regresar a Cuba, sería encarcelado.
"Si Raúl regresa a la isla pues sería puesto en prisión por un delito que la Seguridad del Estado le fabricó hace unos meses de 'Mercenarismo', por supuestamente Raúl recibir financiamiento para la creación de audiovisuales a favor de la libertad y los derechos de las personas LGBTIQ+", dijo el periodista, quien fue desterrado en diciembre del año pasado.