El Instituto Nacional de Migración abrió el martes un nuevo centro de atención masiva para migrantes en el sur de México para agilizar la entrega de documentos a los miles de migrantes que llegan por tierra al país y que quieren seguir el camino hacia Estados Unidos de forma legal.
Las autoridades instalaron carpas, vallas metálicas y mesas de registro en el estacionamiento de un estadio de fútbol en Tapachula, la capital de la frontera sur del país, para ampliar la capacidad de atención de las oficinas de la localidad que cotidianamente están abarrotadas.
Según informaron los agentes migratorios en el lugar, los documentos que se facilitarán en ese punto son permisos que, teóricamente, permiten el tránsito por el país de forma legal durante un periodo limitado de tiempo que los migrantes suelen aprovechar para llegar hasta la frontera norte.
Alrededor de un millar de ciudadanos procedentes de China, Venezuela, Ecuador y varios países de África y Centroamérica, hacían fila el martes para obtener lo que ellos consideran una especie de salvoconducto para continuar su viaje y que las autoridades mexicanas suelen gestionar con el fin de descongestionar el sur del país y a nacionalidades difíciles de deportar.
En la segunda mitad de 2022 se instaló un campamento similar en la localidad de San Pedro Tapanatepec, unos 300 kilómetros al norte de la frontera con Guatemala, donde se dieron, según datos del gobierno federal, más de 210.000 permisos de ese tipo en los casi seis meses que estuvo operando.
También se estuvieron gestionando estos documentos en un parque público de Tapachula de noviembre a principios de febrero.
Aunque el gobierno de Estados Unidos endureció la devolución de personas que cruzan ilegalmente por su frontera sur, también abrió opciones para que algunas nacionalidades pudieran optar a visas temporales.
Estas medidas han conllevado un descenso del 97% en los cruces fronterizos ilegales por parte de migrantes procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela desde que México empezó a aceptar a los ciudadanos de esas naciones, indicaron en enero las autoridades estadounidenses.
Sin embargo, muchos siguen intentando llegar a la frontera por tierra como la venezolana Jessenia Acurero, que lleva dos semanas viviendo en la calle en Tapachula junto a su esposo y una niña.
"Vamos a seguir, vamos a pedir ayuda en la frontera y si nos dicen que no, vamos a buscar la manera de cruzar. Pero a Venezuela no regresamos", afirmó mientras esperaba su turno para conseguir los documentos.
Las autoridades mexicanas han intentado en múltiples ocasiones descongestionar el sur de México debido a los problemas que ha implicado la presencia de cientos de migrantes en una sola región con pocos servicios y sin oportunidades de empleo pero los extranjeros siguen llegando.
Casi 120.000 personas gestionaron refugio en México en 2022, una cifra muy alta pero ligeramente menor a las casi 130.000 que presentaron sus solicitudes el año previo, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados.