Frank Domínguez, el compositor cubano de canciones como "Tú me acostumbraste", "Me recordarás" y "Pedacito de cielo" falleció ayer en Mérida, Yucatán, ciudad en la que residía desde 1993.
Francisco Manuel Ramón Dionisio Domínguez Radeón nació en Güines, provincia La Habana, el 9 de octubre de 1927. En su adolescencia, su familia se mudó para la ciudad de Matanzas donde, en 1947, finalizó el bachillerato.
Con pocos años de edad ya tocaba el piano, y era conocido en la emisora yumurina CMGW por su virtuosismo.
En su estancia en La Habana mientras estudiaba Farmacología, carrera en la que obtuvo un doctorado, participó en programas de televisión como Buscando Estrellas, de CMQ; en 1951, en el televisivo Sábado Musical, y en 1959, en la programación inaugural de la TV Panamericana.
En menos de dos años alcanza la fama, diez de sus temas se convierten en verdaderos hits. Su canción "Tú me acostumbraste" le dio la vuelta al mundo e hizo de Domínguez uno de los compositores cubanos más grabados a nivel mundial.
El tema se conoció primero en la voz de la bolerista cubana Olga Guillot y luego en las de intérpretes como Toña la Negra, Pedro Vargas, Caetano Veloso, José Feliciano, Lucho Gatica, Luis Miguel, El Bambino, Percy Faith, las orquestas Casino de la Playa, Luis Alcaraz y Tokyo Cuban Boys, Doménico Modugno, Mina, Gal Costa y María Bethania, Lola Flores, Sara Montiel, los Gipsy Kings y muchos más.
Se le suele inscribir como compositor e intérprete en el movimiento del filin con autores como César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez y Marta Valdés (Pablo Milanés incluyó dos temas suyos en su antología "Filin"). Por otra parte, su talento pianístico ha sido comparado al de sus compatriotas Adolfo Guzmán, René Touzet e Ignacio Villa (Bola de Nieve) y al de latinoamericanos como la mexicana María Greever.
Irónicamente, la estatal Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales de Cuba (EGREM), no le grabó un solo disco en 30 años, pero sí le otorgó como una especie de premio de consuelo la medalla por el 25 aniversario de la empresa.
En 1980 Toña la Negra viaja a Cuba por primera vez después del 59 y, al ver las condiciones en las que vivía el gran compositor, prometió no volver más a la isla, y así lo hizo.
En 1993 Frank Domínguez viajó a Mérida, Yucatán, junto con su esposa Josefina, para visitar a sus hijos Glennys y Frank, y a sus nietos, Jennifer, Glennicita y Jorge Carlos, quienes vivían allí desde algunos años atrás.
Quedó prendado de la belleza y tranquilidad de esa ciudad y, hasta su deceso, vivió feliz, naturalizado mexicano, en la capital yucateca, en unión de sus seres queridos.
En noviembre de 2011, el maestro Frank Domínguez fue distinguido por la Sociedad de Autores y Compositores de México, con el Reconocimiento Trayectoria 50 y más.
En paz descanse.