REGIMEN DE CASTRO JUSTIFICA 2 ACTOS DE REPUDIO EN LA HABANA

Uno de esos actos fue violento: el médico opositor Darcy Ferrer fue apaleado y lesionado en su propio domicilio por una turba que invadió su casa en el barrio Santos Suárez de La Habana. El médico había colocado en la pared de su domicilio carteles en homenaje a seis colegas suyos encarcelados.

El otro acto de repudio fue de hostigamiento e intimidación contra el grupo de mujeres llamado “Damas de Blanco”. Estas mujeres son esposas y parientes de disidentes encarcelados y que, desfilando los domingos por la calle después de la misa vestidas de blanco, demandan que sean puestos en libertad.

El lunes el Ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, dijo a la prensa que no es vedad que en Cuba se violen los derechos humanos y aseguró que el texto de la resolución que propone Estados Unidos en Ginebra, es “débil” y no tiene base, no será aprobado y que ningún gobierno latinoamericano lo apoyará a pesar de que la Unión Europea ya ha comunicado que votará a favor.

Y refiriéndose a los dos actos de repudio del pasado fin de semana, Pérez Roque dijo que “sobre ese incidente (del sábado en la casa del médico) debo decir que si algún majadero provoca a sus vecinos, debe saber que sus vecinos perderán la paciencia con él”.

Sobre el asedio a que fueron sometidas las Damas de Blanco por mujeres comunistas que caminaron detrás de ellas dando vivas a la dictadura y por momentos las rodearon, Pérez Roque declaró que “es legítimo que el pueblo defienda sus calles”.

El Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos dice que “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión. Este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones... y el de difundirlas... por cualquier medio de expresión”.

El Artículo 30 dice que “nada en la presente Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.