Estados Unidos y sus aliados globales develaron nuevas garantías de seguridad para Ucrania en una cumbre de la OTAN el miércoles, las que están diseñadas para proteger al país de futuros ataques mientras Kiev se esfuerza por ingresar en la alianza.
La perspectiva de una protección a largo plazo por parte de los miembros del bloque militar más poderoso del mundo se anuncia un día después de que el presidente Volodymyr Zelenskyy tachó de "absurda" la negativa de la OTAN a ofrecer una invitación o un calendario para la entrada de Ucrania en la alianza.
Ucrania ha estado presionando para ingresar con rapidez en la OTAN mientras lucha contra la invasión rusa, que comenzó en febrero de 2022, y que ha causado decenas de miles de muertos y millones de desplazados.
En su lugar, una declaración del G7, el grupo de países más industrializados del mundo puso en marcha un marco de negociaciones bilaterales para prestar apoyo militar y financiero, compartir información de inteligencia y prometer medidas inmediatas si Rusia volviera a atacar.
"Nuestro apoyo durará mucho tiempo. Es una potente declaración de nuestro compromiso con Ucrania", dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, junto a Zelensky y los líderes del G7, formado además por Alemania, Japón, Francia, Canadá, Italia y Gran Bretaña. "Vamos a estar allí el tiempo que haga falta", agregó.
Tras tragarse su decepción por la falta de un calendario de adhesión, Zelenskyy calificó de "éxito significativo" el resultado, que siguió a una avalancha de anuncios de ayuda militar para Kiev.
"Hoy hay garantías de seguridad para Ucrania en su camino hacia la OTAN", afirmó. "La delegación ucraniana se trae a casa una importante victoria en materia de seguridad".
No obstante, el líder insistió en la necesidad de más ayuda y planteó la necesidad de Ucrania de armas de largo alcance en una reunión con Biden durante la cumbre.
"Podemos afirmar que los resultados de la cumbre son buenos, pero si hubiera una invitación, serían ideales", dijo Zelenskyy.
Garantías deben ser creíbles
La OTAN, una alianza construida en torno a las garantías mutuas de seguridad -el concepto de que un ataque contra uno es un ataque contra todos-, ha evitado cuidadosamente ampliar cualquier compromiso militar firme con Ucrania, preocupada por el riesgo de acercarla a una guerra total con Rusia.
Ucrania desconfía de cualquier "garantía" de seguridad menos vinculante, dado que la invasión rusa ya pisoteó el llamado Memorando de Budapest, por el que las potencias internacionales se comprometían a mantener la seguridad del país a cambio de que Kiev renunciara a sus armas nucleares de la era soviética.
En su intervención junto a Zelenskyy, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que Ucrania está más unida a la alianza que nunca y se desentendió de las nuevas advertencias rusas sobre las consecuencias de apoyar a Kiev.
"Ucrania tiene derecho a elegir su propio camino", afirmó Stoltenberg, añadiendo: "No le corresponde a Moscú decidirlo". Asimismo, indicó que las garantías de seguridad para Ucrania tienen que ser "creíbles" para disuadir a Rusia de futuros ataques.
"Por supuesto que las garantías, los documentos, las reuniones del Consejo son importantes, pero la tarea más urgente ahora es garantizar armas suficientes para el presidente ucraniano Zelenskyy y sus fuerzas armadas", declaró Stoltenberg.
Por su parte, el primer ministro británico, Rishi Sunak, afirmó que los acuerdos de seguridad para Ucrania no pretenden sustituir a la plena integración en la OTAN.