“En las casas de renta para el turismo las prefieren por su capacidad de trabajo y por su confiabilidad”, apunta Valladares.
Las labores domésticas, ligadas en muchos casos al trabajo por cuenta propia en Cuba, atraen cada vez más la presencia de profesionales dispuestos a abandonar los años de estudio por mejores ingresos.
Según varios especialistas consultados en el tema los trabajadores domésticos en la isla pueden dividirse en dos grandes grupos: los que hacen uso de su fuerza física y los profesionales de diferentes sectores desplazados hacia estas labores.
“Muchas mujeres del campo se dedican a trabajar en casas particulares. Se levantan a las tres o cuatro de la mañana y se desplazan varias decenas de kilómetros para recibir un salario que es superior al de cualquier obrero de una industria”, explica el periodista independiente cienfueguero Alejandro Tur Valladares.
“En las casas de renta para el turismo las prefieren por su capacidad de trabajo y por su confiabilidad”, agrega Valladares.
Sin embargo, las habilidades para la educación, relacionarse públicamente y su capacidad de realizar tanto labores intelectuales como físicas favorece que los profesionales cubanos sean vistos como una fuente atractiva para este sector.
“Conozco a personas que trabajaban en educación, en salud, en cultura que ahora se dedican al trabajo por cuenta propia como limpiar casas. Aquí en Matanzas eso es bastante común”, alega Lázaro Días, residente en el municipio de Colón.
“No es lo mismo tener a alguien que limpie una casa de turismo que sea capaz de hablar varios idiomas que a una persona que no pueda comunicarse con los visitantes”, explica Díaz.
Para el periodista independiente de La Habana Reinaldo Escobar “se da el caso también de profesionales que están acudiendo al trabajo por cuenta propia no como cuentapropistas propiamente sino como económicos, camareros o sencillamente las personas lavan los platos en una paladar”.
Tanto el sector doméstico como todos aquellos que representen mayores ingresos económicos, continuarán desplazando a la fuerza laboral en la isla mientras la distribución de la riqueza siga un orden caótico”, concluyó Jorge Salazar Carrillo, profesor de economía de la Universidad Internacional de la Florida.
Según varios especialistas consultados en el tema los trabajadores domésticos en la isla pueden dividirse en dos grandes grupos: los que hacen uso de su fuerza física y los profesionales de diferentes sectores desplazados hacia estas labores.
“Muchas mujeres del campo se dedican a trabajar en casas particulares. Se levantan a las tres o cuatro de la mañana y se desplazan varias decenas de kilómetros para recibir un salario que es superior al de cualquier obrero de una industria”, explica el periodista independiente cienfueguero Alejandro Tur Valladares.
“En las casas de renta para el turismo las prefieren por su capacidad de trabajo y por su confiabilidad”, agrega Valladares.
Sin embargo, las habilidades para la educación, relacionarse públicamente y su capacidad de realizar tanto labores intelectuales como físicas favorece que los profesionales cubanos sean vistos como una fuente atractiva para este sector.
“Conozco a personas que trabajaban en educación, en salud, en cultura que ahora se dedican al trabajo por cuenta propia como limpiar casas. Aquí en Matanzas eso es bastante común”, alega Lázaro Días, residente en el municipio de Colón.
“No es lo mismo tener a alguien que limpie una casa de turismo que sea capaz de hablar varios idiomas que a una persona que no pueda comunicarse con los visitantes”, explica Díaz.
Para el periodista independiente de La Habana Reinaldo Escobar “se da el caso también de profesionales que están acudiendo al trabajo por cuenta propia no como cuentapropistas propiamente sino como económicos, camareros o sencillamente las personas lavan los platos en una paladar”.
Tanto el sector doméstico como todos aquellos que representen mayores ingresos económicos, continuarán desplazando a la fuerza laboral en la isla mientras la distribución de la riqueza siga un orden caótico”, concluyó Jorge Salazar Carrillo, profesor de economía de la Universidad Internacional de la Florida.
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