Acerca del canadiense McTurk, Yoani dice que la historia no se ha publicado en los medios nacionales, aunque el depredador estuvo 31 veces en Cuba entre 2009 y 2012.
La bloguera Yoani Sánchez lamentó que en Cuba no hay una organización no gubernamental dedicada a combatir la pornografía, la prostitución y el tráfico infantil, y que los medios nacionales no han reportado sobre el caso del canadiense Jaime McTurk, condenado en Toronto por varios delitos sexuales contra niños en Cuba.
"Si el muro del malecón habanero hablara, nos contaría de todos esos jóvenes entre 16 y 18 años que ofrecen su cuerpo a los turistas por unos cuantos dólares", comentó Yoani, quien reside en La Habana.
La bloguera resaltó que en esa franja de edad la desprotección jurídica es total, pues la legalidad imperante en Cuba los considera adultos. De esa manera quedan al margen de las estadísticas y programas de prevención de organismos como la UNICEF.
Acerca del canadiense McTurk, Yoani dice que la historia no se ha publicado en los medios nacionales, aunque el depredador estuvo 31 veces en Cuba entre 2009 y 2012.
Añade que no resulta creíble que unas autoridades tan diestras en detectar si un cubano puede entrar a su propio país y entrenados para encontrar una laptop o un teléfono móvil en el equipaje, no vieron que algo estaba mal con ese señor canadiense.
"Si el muro del malecón habanero hablara, nos contaría de todos esos jóvenes entre 16 y 18 años que ofrecen su cuerpo a los turistas por unos cuantos dólares", comentó Yoani, quien reside en La Habana.
La bloguera resaltó que en esa franja de edad la desprotección jurídica es total, pues la legalidad imperante en Cuba los considera adultos. De esa manera quedan al margen de las estadísticas y programas de prevención de organismos como la UNICEF.
Acerca del canadiense McTurk, Yoani dice que la historia no se ha publicado en los medios nacionales, aunque el depredador estuvo 31 veces en Cuba entre 2009 y 2012.
Añade que no resulta creíble que unas autoridades tan diestras en detectar si un cubano puede entrar a su propio país y entrenados para encontrar una laptop o un teléfono móvil en el equipaje, no vieron que algo estaba mal con ese señor canadiense.