Las sentencias de otros dos extranjeros juzgados hace una semana aún deben ser anunciadas, mientras el Gobierno sigue adelante con una campaña sin precedentes contra la corrupción
El juicio de dos días contra ejecutivos de un fondo de inversión británico terminó el viernes, y se espera que el panel de cinco jueces entregue su veredicto dentro de los próximos 10 días.
Las sentencias de otros dos extranjeros juzgados hace una semana aún deben ser anunciadas, mientras el Gobierno sigue adelante con una campaña sin precedentes contra la corrupción.
En el juicio de esta semana en la isla de Gobierno comunista, el ciudadano británico de origen libanés Amado Fakhre, presidente ejecutivo de Coral Capital Group, Ltd, enfrenta varios cargos de soborno relacionados principalmente con el negocio de importaciones del fondo de inversión.
El gerente de operaciones, Stephen Purvis, quien lideró varios proyectos de inversión, enfrenta cargos menores, como operar fuera de los límites de la licencia del fondo, dijeron fuentes cercanas al caso bajo condición de anonimato.
Los abogados defensores y funcionarios del Consulado británico no realizaron comentarios al salir de la corte. La prensa no tuvo acceso al juicio.
Hay pocos fondos de inversión extranjeros en Cuba. Coral Capital dijo que ha invertido unos 75 millones de dólares y que tenía planificados más de 1.000 millones de dólares en proyectos de obras.
La compañía se vio involucrada en una investigación al sector de comercio internacional de Cuba, parte de una campaña más amplia que inició el presidente Raúl Castro tras remplazar en el cargo a su convaleciente hermano Fidel en el 2008.
Fakhre está en prisión desde que las oficinas de la empresa fueron ocupadas y cerradas por la policía en octubre de 2011. Purvis fue arrestado y encarcelado en marzo del año siguiente.
En septiembre de 2011 las autoridades cerraron una de las empresas comerciales occidentales más importantes de Cuba, el Grupo Tokmakjian con sede en Canadá, después de hacer lo mismo en julio a la empresa comercial canadiense Tri-Star Caribbean.
El propietario de origen armenio de Tri-Star Caribe, Sarkis Yacoubian, fue juzgado la semana pasada en el mismo tribunal. El y uno de sus socios, el libanés Krikor Bayassalian, fueron acusados de soborno y evasión fiscal.
DECENAS DE ARRESTOS
Decenas de funcionarios y empresarios cubanos habrían sido detenidos, juzgados y condenados en la ofensiva contra la corrupción emprendida por Castro.
Medios locales, todos estatales, no han comentado los procesos judiciales en curso, ni han mencionado los arrestos.
La empresa Coral Capital, registrada en las Islas Vírgenes Británicas en 1999, era conocida en Cuba por ser socia conjunta en la operación del exclusivo Hotel Saratoga en La Habana y en otro complejo hotelero en el sector turístico de Cayo Coco.
La firma también tenía planes de construir campos de golf y otras inversiones inmobiliarias cercanas a La Habana, para lo que estaba buscando capital.
Su fondo de inversión se diversificó hacia la financiación del comercio y la importación de maquinaria pesada. Eso, según fuentes comerciales extranjeras, pudo haberle causado problemas más que sus operaciones en bienes raíces.
La empresa representaba en Cuba a varias marcas internacionales, como Liebherr Earth Moving, Yamaha Motor Corporation y Peugeot Motorcycles, según su desaparecido sitio en internet.
Las sentencias de otros dos extranjeros juzgados hace una semana aún deben ser anunciadas, mientras el Gobierno sigue adelante con una campaña sin precedentes contra la corrupción.
En el juicio de esta semana en la isla de Gobierno comunista, el ciudadano británico de origen libanés Amado Fakhre, presidente ejecutivo de Coral Capital Group, Ltd, enfrenta varios cargos de soborno relacionados principalmente con el negocio de importaciones del fondo de inversión.
El gerente de operaciones, Stephen Purvis, quien lideró varios proyectos de inversión, enfrenta cargos menores, como operar fuera de los límites de la licencia del fondo, dijeron fuentes cercanas al caso bajo condición de anonimato.
Los abogados defensores y funcionarios del Consulado británico no realizaron comentarios al salir de la corte. La prensa no tuvo acceso al juicio.
Hay pocos fondos de inversión extranjeros en Cuba. Coral Capital dijo que ha invertido unos 75 millones de dólares y que tenía planificados más de 1.000 millones de dólares en proyectos de obras.
La compañía se vio involucrada en una investigación al sector de comercio internacional de Cuba, parte de una campaña más amplia que inició el presidente Raúl Castro tras remplazar en el cargo a su convaleciente hermano Fidel en el 2008.
Fakhre está en prisión desde que las oficinas de la empresa fueron ocupadas y cerradas por la policía en octubre de 2011. Purvis fue arrestado y encarcelado en marzo del año siguiente.
En septiembre de 2011 las autoridades cerraron una de las empresas comerciales occidentales más importantes de Cuba, el Grupo Tokmakjian con sede en Canadá, después de hacer lo mismo en julio a la empresa comercial canadiense Tri-Star Caribbean.
El propietario de origen armenio de Tri-Star Caribe, Sarkis Yacoubian, fue juzgado la semana pasada en el mismo tribunal. El y uno de sus socios, el libanés Krikor Bayassalian, fueron acusados de soborno y evasión fiscal.
DECENAS DE ARRESTOS
Decenas de funcionarios y empresarios cubanos habrían sido detenidos, juzgados y condenados en la ofensiva contra la corrupción emprendida por Castro.
Medios locales, todos estatales, no han comentado los procesos judiciales en curso, ni han mencionado los arrestos.
La empresa Coral Capital, registrada en las Islas Vírgenes Británicas en 1999, era conocida en Cuba por ser socia conjunta en la operación del exclusivo Hotel Saratoga en La Habana y en otro complejo hotelero en el sector turístico de Cayo Coco.
La firma también tenía planes de construir campos de golf y otras inversiones inmobiliarias cercanas a La Habana, para lo que estaba buscando capital.
Su fondo de inversión se diversificó hacia la financiación del comercio y la importación de maquinaria pesada. Eso, según fuentes comerciales extranjeras, pudo haberle causado problemas más que sus operaciones en bienes raíces.
La empresa representaba en Cuba a varias marcas internacionales, como Liebherr Earth Moving, Yamaha Motor Corporation y Peugeot Motorcycles, según su desaparecido sitio en internet.