El estelar toletero cubano Yulieski Gourriel confesó que le gustaría jugar en otro béisbol y reconoció que le faltó motivación esta temporada, en la que tuvo una actuación que despertó muchas dudas en Cuba.
"Admito que me he confiado un poco, me ha faltado motivación, he buscado el modo de hacer el trabajo e integrar el (equipo de) Cuba, que es lo que más me ha motivado, pero me gustaría probarme en otro béisbol", reveló Gourriel, en una entrevista publicada el viernes en el sitio oficial cubano Cubadebate.
Gourriel, antesalista de la selección cubana, recibió muchas críticas en la isla después de su actuación en el Tercer Clásico Mundial en el que bateó para 280 con un cuadrangular y cuatro carreras impulsadas en seis cotejos. Cuba fue eliminada en la segunda ronda.
"En el Clásico no tuve un buen inicio... En el último partido todos saben qué ocurrió, un excelente juego a la ofensiva y varias cosas que salieron mal" explicó Gourriel. Y lamentó las críticas de los aficionados porque "desde el inicio he sido muy cuestionado; todos notan cuando tengo una mala actuación, si tengo una buena, para ellos es normal".
Los peloteros cubanos regresaron del Clásico con perfil bajo, no salieron ni en la televisión cubana ni se publicaron entrevistas en la prensa escrita, y esta es la primera en la que Gourriel se expresa sobre ese torneo.
Gourriel -hijo de Lourdes Gourriel, un ex jardinero del equipo de Cuba campeón olímpico en 1992- es uno de los peloteros más polémicos de la isla donde el béisbol es el deporte rey: algunos lo odian mientras otros lo adulan.
"He sentido ofensas hasta en el (equipo) de Sanctí Spíritus. Nadie sabe lo duro que es, eso me decepciona un poco, no es justo... he rechazado muchas ofertas, he sido revolucionario a toda costa. La gente no lo valora y eso a uno le duele" expresó Gourriel.
Además, muchos comentan el anunció de que la próxima temporada se mudaría a la capital junto con su padre, aunque señaló que todavía no decidió si seguiría con el equipo de su ciudad natal, Sanctí Spíritus, o si integraría el de la capital, Industriales.
"Está bien claro que si yo juego en La Habana será por un problema de salud de mi padre, por él hago lo que tenga que hacer, si tengo que jugar en Industriales lo haré, como si tengo que dejar de jugar béisbol. El está por encima de todo", manifestó Gourriel.
El equipo de Sanctí Spíritus, en el que Gourriel juega junto con su hermano mayor, Yunieski, y el menor, Lourdes Junior, es puntero en el campeonato cubano de béisbol, igualado con Cienfuegos. Gourriel ostenta promedio de 333, con siete cuadrangulares y es el segundo remolcador de carreras con 46, cinco menos que Frederich Cepeda.
Gourriel, de 28 años, integra la selección desde 2003, fue campeón olímpico en 2004 y medallista de plata en 2008, y saltó a la fama en el primer Clásico Mundial de 2006.
"Admito que me he confiado un poco, me ha faltado motivación, he buscado el modo de hacer el trabajo e integrar el (equipo de) Cuba, que es lo que más me ha motivado, pero me gustaría probarme en otro béisbol", reveló Gourriel, en una entrevista publicada el viernes en el sitio oficial cubano Cubadebate.
Gourriel, antesalista de la selección cubana, recibió muchas críticas en la isla después de su actuación en el Tercer Clásico Mundial en el que bateó para 280 con un cuadrangular y cuatro carreras impulsadas en seis cotejos. Cuba fue eliminada en la segunda ronda.
"En el Clásico no tuve un buen inicio... En el último partido todos saben qué ocurrió, un excelente juego a la ofensiva y varias cosas que salieron mal" explicó Gourriel. Y lamentó las críticas de los aficionados porque "desde el inicio he sido muy cuestionado; todos notan cuando tengo una mala actuación, si tengo una buena, para ellos es normal".
Los peloteros cubanos regresaron del Clásico con perfil bajo, no salieron ni en la televisión cubana ni se publicaron entrevistas en la prensa escrita, y esta es la primera en la que Gourriel se expresa sobre ese torneo.
Gourriel -hijo de Lourdes Gourriel, un ex jardinero del equipo de Cuba campeón olímpico en 1992- es uno de los peloteros más polémicos de la isla donde el béisbol es el deporte rey: algunos lo odian mientras otros lo adulan.
"He sentido ofensas hasta en el (equipo) de Sanctí Spíritus. Nadie sabe lo duro que es, eso me decepciona un poco, no es justo... he rechazado muchas ofertas, he sido revolucionario a toda costa. La gente no lo valora y eso a uno le duele" expresó Gourriel.
Además, muchos comentan el anunció de que la próxima temporada se mudaría a la capital junto con su padre, aunque señaló que todavía no decidió si seguiría con el equipo de su ciudad natal, Sanctí Spíritus, o si integraría el de la capital, Industriales.
"Está bien claro que si yo juego en La Habana será por un problema de salud de mi padre, por él hago lo que tenga que hacer, si tengo que jugar en Industriales lo haré, como si tengo que dejar de jugar béisbol. El está por encima de todo", manifestó Gourriel.
El equipo de Sanctí Spíritus, en el que Gourriel juega junto con su hermano mayor, Yunieski, y el menor, Lourdes Junior, es puntero en el campeonato cubano de béisbol, igualado con Cienfuegos. Gourriel ostenta promedio de 333, con siete cuadrangulares y es el segundo remolcador de carreras con 46, cinco menos que Frederich Cepeda.
Gourriel, de 28 años, integra la selección desde 2003, fue campeón olímpico en 2004 y medallista de plata en 2008, y saltó a la fama en el primer Clásico Mundial de 2006.