La mejor playa y los más deslumbrantes hoteles de Cuba quedaron repletos de obreros, empleados, pequeños empresarios, jubilados, profesionales y jóvenes recién graduados de remotos lugares del mundo.
Varadero se llenó en esta temporada, como casi siempre, de turistas extranjeros. La mejor playa y los más deslumbrantes hoteles de Cuba quedaron repletos de obreros, empleados, pequeños empresarios, jubilados, profesionales y jóvenes recién graduados de remotos lugares del mundo: una representación de esa clase trabajadora que, según los ideólogos del marxismo y el comunismo, serían los grandes explotados en los países capitalistas. Ahora, por suerte, se bañan en las playas de la isla de la Revolución proletaria.
Lo irónico es que los proletarios de esa misma isla se quedaron fuera de esas playas, porque son muy pobres. Si no lograron escalar hasta un altísimo cargo estatal, perdieron algún familiar en las aguas del exilio que ahora regresa y los invita, o aprendieron la difícil manera de prosperar en una Cuba donde casi todas las prosperidades tienen algo de ilegal o de turbio, esos proletarios cubanos que desfilarán este miércoles primero de mayo seguirán sin entrar a los hoteles a donde sí llegan los proletarios extranjeros.
El primer gobierno cubano que logre llenar, sin subsidio ni limosna, los hoteles de Varadero con turismo nacional, no necesitará banderitas rojas ni pancartas en las plazas: su desfile, el más honroso que pueda concebir, será el de miles de trabajadores cubanos al fin visitando la mejor, más lejana e imposible playa de su país.
Publicado en el blog de Henryi Constantín Reportes de Viaje
El primer gobierno cubano que logre llenar, sin subsidio ni limosna, los hoteles de Varadero con turismo nacional, no necesitará banderitas rojas ni pancartas en las plazas: su desfile, el más honroso que pueda concebir, será el de miles de trabajadores cubanos al fin visitando la mejor, más lejana e imposible playa de su país.
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