El periódico sustenta su afirmación en una pesquisa de cuatro meses realizada en la isla, pero dice que "el gobierno de Cuba, ávido de divisas, niega que el problema siquiera exista".
El diario The Toronto Star encabeza un editorial afirmando que Cuba no sólo es tierra de sol y arenas, sino también de niñas prostitutas baratas.
La opinión del periódico se sustenta en una investigación de cuatro meses realizada en la isla por enviados del Star y del diario miamense El Nuevo Herald.
Indica el editorial que, mientras el gobierno canadiense endurece sus sanciones contra los depredadores sexuales en el país, permite que conocidos ofensores se escurran fuera del país para hacer turismo sexual en Cuba.
El periódico de Ontario cita un informe confidencial, fechado en 2011, de la Real Policía Montada del Canadá, el cual obtuvo gracias a las leyes locales de acceso a la información. El reporte identifica a Cuba como uno de los destinos más populares de las Américas para el turismo sexual pedófilo.
Agrega que la isla caribeña se ha convertido en un imán para hombres ansiosos de tener relaciones sexuales con niñas impúberes, algunas de sólo cuatro años.
El matutino señala que el gobierno de Ottawa, si bien reconoce que los delincuentes sexuales viajan fuera del país para explotar a los niños, ha hecho muy poco para detenerlos, mientras que el gobierno de Cuba, ávido de divisas, niega que el problema siquiera exista.
El editorial cita a Vic Toews, ministro federal del gobierno de Stephen Harper para la seguridad pública, quien dijo preferir que estos individuos sean procesados bajo la jurisdicción donde son descubiertos
Pero esto, apunta el Toronto Star, no es probable que ocurra, pues los policías cubanos están dispuestos a mirar al otro lado si les “unta” convenientemente. Agrega que el gobierno de la isla rara vez enjuicia a depredadores sexuales extranjeros, mientras se niega a entregar datos sobre la explotación infantil a agencias de ayuda internacionales o nacionales. Raúl Castro –puntualiza-- insiste en que Cuba es una meca turística ideal para las familias.
Durante cuatro meses, un equipo de reporteros del Star –en conjunto con colegas del diario miamense El Nuevo Herald-- sondeó este comercio ilícito desde las calles de La Habana hasta las más altas esferas del sistema judicial, entrevistando a policías, políticos, diplomáticos y ciudadanos que trabajan para prevenir los abusos sexuales contra la infancia.
Encontraron que, por apenas 30 dólares la noche, se puede tener relaciones sexuales con niñas. Una red de empleados de hotel, taxistas y proxenetas ofreció arreglar un encuentro con un turista, por un precio módico. Hallaron asimismo que algunas familias pobres están tan desesperadas por dinero -o tan deslumbradas por regalos y bienes materiales no disponibles en Cuba - que empujan a sus hijas a la prostitución.
El periódico de Toronto observa que, si bien Canadá ha tenido desde 1997 una ley que sanciona el abuso sexual contra menores en el extranjero, ésta es socavada por la incapacidad de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley para vigilar a delincuentes sexuales que se escurren fuera del país.
El resultado ha sido que los canadienses figuran entre los clientes más entusiastas del comercio sexual infantil cubano. “Si no hacen algo estúpido - como llevar fotos pornográficas a un establecimiento comercial para imprimirlas - son pocas las posibilidades de que sean capturados”, concluye diciendo el Toronto Star.
Canadá es el primer país emisor de turistas a Cuba, con más de un millón de vacacionistas anuales en 2011 y 2012.
La investigación del Toronto Star y El Nuevo Herald no es la primera en documentar la prostitución infantil en la isla.
En enero del 2008 un equipo de la cadena española Telecinco llegó a la isla para supuestamente cubrir las elecciones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en las que se oficializaría a Raúl Castro como presidente.
Los periodistas se sumergieron en cambio en el mundo sórdido de la prostitución y entrevistaron a proxenetas y prostitutas adolescentes en uniformes de secundaria. De ellas, algunas se habían iniciado a los 12 o 13 años en el oficio más viejo del mundo
Captaron asimismo en cámara la corrupción de policías y hasta de maestros que aceptaban sobornos para facilitar los encuentros sexuales con extranjeros. El material, titulado “Prostitución infantil en Cuba”, fue exhibido por Telecinco en octubre del 2008.
En julio del 2010 uno de los periodistas participantes en el reportaje, que regresó a Cuba como empresario turístico, fue detenido, enjuiciado y condenado a siete años de cárcel por corrupción de menores. Sebastián Martínez Ferraté fue liberado después de 17 meses en prisión, gracias a gestiones del Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
La opinión del periódico se sustenta en una investigación de cuatro meses realizada en la isla por enviados del Star y del diario miamense El Nuevo Herald.
Indica el editorial que, mientras el gobierno canadiense endurece sus sanciones contra los depredadores sexuales en el país, permite que conocidos ofensores se escurran fuera del país para hacer turismo sexual en Cuba.
El periódico de Ontario cita un informe confidencial, fechado en 2011, de la Real Policía Montada del Canadá, el cual obtuvo gracias a las leyes locales de acceso a la información. El reporte identifica a Cuba como uno de los destinos más populares de las Américas para el turismo sexual pedófilo.
Agrega que la isla caribeña se ha convertido en un imán para hombres ansiosos de tener relaciones sexuales con niñas impúberes, algunas de sólo cuatro años.
El matutino señala que el gobierno de Ottawa, si bien reconoce que los delincuentes sexuales viajan fuera del país para explotar a los niños, ha hecho muy poco para detenerlos, mientras que el gobierno de Cuba, ávido de divisas, niega que el problema siquiera exista.
El editorial cita a Vic Toews, ministro federal del gobierno de Stephen Harper para la seguridad pública, quien dijo preferir que estos individuos sean procesados bajo la jurisdicción donde son descubiertos
Pero esto, apunta el Toronto Star, no es probable que ocurra, pues los policías cubanos están dispuestos a mirar al otro lado si les “unta” convenientemente. Agrega que el gobierno de la isla rara vez enjuicia a depredadores sexuales extranjeros, mientras se niega a entregar datos sobre la explotación infantil a agencias de ayuda internacionales o nacionales. Raúl Castro –puntualiza-- insiste en que Cuba es una meca turística ideal para las familias.
Encontraron que, por apenas 30 dólares la noche, se puede tener relaciones sexuales con niñas. Una red de empleados de hotel, taxistas y proxenetas ofreció arreglar un encuentro con un turista, por un precio módico. Hallaron asimismo que algunas familias pobres están tan desesperadas por dinero -o tan deslumbradas por regalos y bienes materiales no disponibles en Cuba - que empujan a sus hijas a la prostitución.
El periódico de Toronto observa que, si bien Canadá ha tenido desde 1997 una ley que sanciona el abuso sexual contra menores en el extranjero, ésta es socavada por la incapacidad de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley para vigilar a delincuentes sexuales que se escurren fuera del país.
El resultado ha sido que los canadienses figuran entre los clientes más entusiastas del comercio sexual infantil cubano. “Si no hacen algo estúpido - como llevar fotos pornográficas a un establecimiento comercial para imprimirlas - son pocas las posibilidades de que sean capturados”, concluye diciendo el Toronto Star.
Canadá es el primer país emisor de turistas a Cuba, con más de un millón de vacacionistas anuales en 2011 y 2012.
La investigación del Toronto Star y El Nuevo Herald no es la primera en documentar la prostitución infantil en la isla.
En enero del 2008 un equipo de la cadena española Telecinco llegó a la isla para supuestamente cubrir las elecciones de la Asamblea Nacional del Poder Popular en las que se oficializaría a Raúl Castro como presidente.
Los periodistas se sumergieron en cambio en el mundo sórdido de la prostitución y entrevistaron a proxenetas y prostitutas adolescentes en uniformes de secundaria. De ellas, algunas se habían iniciado a los 12 o 13 años en el oficio más viejo del mundo
Captaron asimismo en cámara la corrupción de policías y hasta de maestros que aceptaban sobornos para facilitar los encuentros sexuales con extranjeros. El material, titulado “Prostitución infantil en Cuba”, fue exhibido por Telecinco en octubre del 2008.
En julio del 2010 uno de los periodistas participantes en el reportaje, que regresó a Cuba como empresario turístico, fue detenido, enjuiciado y condenado a siete años de cárcel por corrupción de menores. Sebastián Martínez Ferraté fue liberado después de 17 meses en prisión, gracias a gestiones del Ministerio de Asuntos Exteriores de España.