En una de las islas más bellas del Caribe, Turcas y Caicos, un grupo de cubanos vive el momento más incierto de su vida. Los oficiales de Emigración les informan que las autoridades cubanas no han contestado a sus llamadas, ni las leyes del lugar facilitan el asilo político a emigrantes ilegales.
Un grupo de cubanos, que arribaron de manera ilegal, se encuentran detenidos desde julio de 2012, en el centro de detención de emigrantes de las Islas Turcas y Caicos, territorio británico de ultramar al norte de Haití.
Su situación legal permanece incierta, ya que según les informan los oficiales de Emigración de la isla, las autoridades cubanas no han contestado a sus llamadas, ni las leyes del lugar facilitan el asilo político a emigrantes ilegales.
Uno de los cubanos detenidos, Henry Miguel Olivera Aballe, explicó en entrevista con el programa 1800 Online, de Radio Martí, que la señorita Kitty Tubin, representante de la Agencia para Refugiados de las Naciones Unidas, los había entrevistado sobre su situación, pero les advirtió que este era un encuentro de rutina y no hizo ninguna promesa de ayuda.
Mientras, el jefe de emigración de la isla, Peter Parker les explicó que las leyes dictan que deben pasar un año detenidos antes de cualquier evolución en su caso.
"El temor principal que tenemos nosotros aquí es que nos tengan un año y al cabo de este nos deporten", dijo Olivera Aballe, al tiempo que pidió la ayuda de personas y organizaciones internacionales de derechos humanos, ante su desamparo.
Meybi Vázquez García, de 23 años; su esposo Lázaro Hidalgo Campo, de 27; Henry Miguel Olivera Aballe, de 41; Norlán Alonso Travieso, de 39, y Pedro Antonio Chacón Santos, de 39, quienes se creían en camino a los Estados Unidos, salieron de Cuba el 18 de julio en la noche, desde Nuevitas.
Chacón Santos y Olivera Aballe se identificaron como opositores al gobierno cubano. Ambos iniciaron los trámites de petición de asilo político en la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, pero prefirieron aventurarse ilegalmente por sus ansias de libertad.
Luego de 4 días de travesía, arribaron a la isla Providenciales en lancha, con la promesa de los traficantes de regresar a buscarlos cuando sus familiares en Miami les entregaran los 12,000 dólares por cada uno de ellos.
Por dos meses permanecieron escondidos en casas de la zona, hasta que las autoridades los interceptaron y los condujeron a su centro de detención de emigrantes. Henry Miguel asegura que "hubo un engaño; cada día nos preguntamos cómo vinimos a parar a esta isla".
Meybi Vázquez García ha sido la única liberada, tras perder un embarazo de cuatro meses "debido a las condiciones que hay en ese centro, a la mala alimentación, y a la falta de atención médica total", aseguró la joven.
No obstante, las autoridades no le han facilitado documentos que legalicen su estancia en la isla, ni se han interesado por su modo de subsistencia. "Nunca me han chequeado para saber si yo estoy bien, si estoy mal, si necesito algo", explica Meybi.
"Estoy en una casa de una señora que conocí cuando llegué a la isla –cuenta Vázquez García - y ella me dijo que podía estar en su casa hasta que mi esposo saliera. Estoy durmiendo en un mueble y pintando uñas, cobrando 50 ó 60 dólares semanales. Con eso voy sobreviviendo".
Los cuatro que permanecen en prisión pasan días enteros sin salir al patio, y gracias a un teléfono celular facilitado por personas que trabajan en el penal y que mantienen escondido, pueden comunicarse con el exterior y conectarse a Facebook. "Tenemos que coger agua en los galones de refresco que nos dan", agregó Henry Miguel.
Olivera Aballe mencionó el caso de una familia de 16 cubanos que fueron extorsionados por las autoridades de la isla para dejarlos salir, luego de permanecer un tiempo junto a ellos en esta prisión.
El entrevistado prefirió no dar detalles de estas personas. Se limitó a decir que un familiar de ellos, un cubano millonario residente en los Estados Unidos, debió pagar una fianza de 20 mil dólares por su liberación y por el momento permanecen en una casa de la isla, con estatus de ilegales.
Su situación legal permanece incierta, ya que según les informan los oficiales de Emigración de la isla, las autoridades cubanas no han contestado a sus llamadas, ni las leyes del lugar facilitan el asilo político a emigrantes ilegales.
Uno de los cubanos detenidos, Henry Miguel Olivera Aballe, explicó en entrevista con el programa 1800 Online, de Radio Martí, que la señorita Kitty Tubin, representante de la Agencia para Refugiados de las Naciones Unidas, los había entrevistado sobre su situación, pero les advirtió que este era un encuentro de rutina y no hizo ninguna promesa de ayuda.
Mientras, el jefe de emigración de la isla, Peter Parker les explicó que las leyes dictan que deben pasar un año detenidos antes de cualquier evolución en su caso.
"El temor principal que tenemos nosotros aquí es que nos tengan un año y al cabo de este nos deporten", dijo Olivera Aballe, al tiempo que pidió la ayuda de personas y organizaciones internacionales de derechos humanos, ante su desamparo.
Meybi Vázquez García, de 23 años; su esposo Lázaro Hidalgo Campo, de 27; Henry Miguel Olivera Aballe, de 41; Norlán Alonso Travieso, de 39, y Pedro Antonio Chacón Santos, de 39, quienes se creían en camino a los Estados Unidos, salieron de Cuba el 18 de julio en la noche, desde Nuevitas.
Chacón Santos y Olivera Aballe se identificaron como opositores al gobierno cubano. Ambos iniciaron los trámites de petición de asilo político en la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, pero prefirieron aventurarse ilegalmente por sus ansias de libertad.
Luego de 4 días de travesía, arribaron a la isla Providenciales en lancha, con la promesa de los traficantes de regresar a buscarlos cuando sus familiares en Miami les entregaran los 12,000 dólares por cada uno de ellos.
Por dos meses permanecieron escondidos en casas de la zona, hasta que las autoridades los interceptaron y los condujeron a su centro de detención de emigrantes. Henry Miguel asegura que "hubo un engaño; cada día nos preguntamos cómo vinimos a parar a esta isla".
Meybi Vázquez García ha sido la única liberada, tras perder un embarazo de cuatro meses "debido a las condiciones que hay en ese centro, a la mala alimentación, y a la falta de atención médica total", aseguró la joven.
No obstante, las autoridades no le han facilitado documentos que legalicen su estancia en la isla, ni se han interesado por su modo de subsistencia. "Nunca me han chequeado para saber si yo estoy bien, si estoy mal, si necesito algo", explica Meybi.
"Estoy en una casa de una señora que conocí cuando llegué a la isla –cuenta Vázquez García - y ella me dijo que podía estar en su casa hasta que mi esposo saliera. Estoy durmiendo en un mueble y pintando uñas, cobrando 50 ó 60 dólares semanales. Con eso voy sobreviviendo".
Los cuatro que permanecen en prisión pasan días enteros sin salir al patio, y gracias a un teléfono celular facilitado por personas que trabajan en el penal y que mantienen escondido, pueden comunicarse con el exterior y conectarse a Facebook. "Tenemos que coger agua en los galones de refresco que nos dan", agregó Henry Miguel.
Olivera Aballe mencionó el caso de una familia de 16 cubanos que fueron extorsionados por las autoridades de la isla para dejarlos salir, luego de permanecer un tiempo junto a ellos en esta prisión.
El entrevistado prefirió no dar detalles de estas personas. Se limitó a decir que un familiar de ellos, un cubano millonario residente en los Estados Unidos, debió pagar una fianza de 20 mil dólares por su liberación y por el momento permanecen en una casa de la isla, con estatus de ilegales.
Your browser doesn’t support HTML5