Agricultores y economistas denuncian la tiranía, la explotación y los incumplimientos estatales en créditos, pagos, insumos y acopio.
Deficiencias contractuales, incumplimientos productivos, cobros y pagos pendientes y dificultades persistentes en la entrega de tierras ociosas en usufructo fueron algunas de las razones alegadas para justificar otro año de insuficiencias en la agricultura cubana.
Según una información aparecida en los medios oficiales acerca del balance del Ministerio de Agricultura en el 2012, , la producción agrícola en 16 indicadores creció, pero no se cumplió el plan, mientras que en otros ocho, incluidas viandas vitales como la papa y el plátano, se registraron decrecimientos.
En el caso de los frijoles, el segundo renglón más recurrido de la dieta cubana después del arroz, el plan se sobrecumplió, pero las entregas “no corrieron igual suerte”.
Y la esencial leche de vaca, que ha venido poniendo en tela de juicio por años la credibilidad de Raúl Castro, quedó por debajo de lo planificado “por bajos rendimientos, hendiduras en los contratos y mal estado físico de las reses”.
Esto sigue sucediendo en un país obligado a invertir cada año miles de millones de dólares en el mercado internacional para dar de comer a la población, y que ha declarado el problema de los alimentos como uno de seguridad nacional.
Martinoticias buscó la opinión de economistas independientes y agricultores en la isla.
YAMILA VALDÉS RODRÍGUEZ, agricultora
Para esta campesina de San Juan y Martínez, en Pinar del Río, los problemas fundamentales son falta de insumos prometidos, bajos precios e incumplimientos en los pagos, y pérdidas de cosechas en el campo esperando por la recogida de Acopio.
ROLANDO PUPO, agricultor
Pupo Carralero preside un Comité de Campesinos Libres en Pinar del Río. En su opinión, hay problemas puntuales como la informalidad del Estado para suministrar insumos, o los precios poco atractivos que paga Acopio, comparados con los del mercado negro. Pero lo fundamental es que se le dé total libertad al campesino sobre sus tierras y sus cosechas.
ESMILDA CARRALERO, agricultora
Esta campesina de la misma zona de San Juan y Martínez cita un rosario de incumplimientos por parte del Estado: un crédito que debían haber recibido el día 20 y no han recibido; un pago pendiente por frijoles conveniados y entregados; petróleo que llega cuando están terminando la cosecha; y quintales y quintales de pepinos, tomates y otras hortalizas que se les pudren porque Acopio no tiene capacidad para recibirlos.
ARNALDO RAMOS LAUZURIQUE, economista
El también ex preso de conciencia considera ridículo que a décadas de los planes de Fidel Castro para obtener una raza de ganado mejor todavía se produzcan menos de cuatro litros de leche por vaca. Lauzurique señala que el mismo gobierno que creó las irrentables cooperativas se queja de que los campesinos desvían sus productos al mercado negro.
VLADIMIRO ROCA, economista
Para el coautor del documento La Patria es de Todos en Cuba nada funciona porque la estatización acabó con la economía, y los responsables son los mismos que quieren ahora componerla. Roca considera que lo primero que hace falta para que la economía funcione es libertad económica: para producir, para invertir, y para contratar y que los contratos se respeten.
Según una información aparecida en los medios oficiales acerca del balance del Ministerio de Agricultura en el 2012, , la producción agrícola en 16 indicadores creció, pero no se cumplió el plan, mientras que en otros ocho, incluidas viandas vitales como la papa y el plátano, se registraron decrecimientos.
En el caso de los frijoles, el segundo renglón más recurrido de la dieta cubana después del arroz, el plan se sobrecumplió, pero las entregas “no corrieron igual suerte”.
Y la esencial leche de vaca, que ha venido poniendo en tela de juicio por años la credibilidad de Raúl Castro, quedó por debajo de lo planificado “por bajos rendimientos, hendiduras en los contratos y mal estado físico de las reses”.
Esto sigue sucediendo en un país obligado a invertir cada año miles de millones de dólares en el mercado internacional para dar de comer a la población, y que ha declarado el problema de los alimentos como uno de seguridad nacional.
Martinoticias buscó la opinión de economistas independientes y agricultores en la isla.
YAMILA VALDÉS RODRÍGUEZ, agricultora
Para esta campesina de San Juan y Martínez, en Pinar del Río, los problemas fundamentales son falta de insumos prometidos, bajos precios e incumplimientos en los pagos, y pérdidas de cosechas en el campo esperando por la recogida de Acopio.
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ROLANDO PUPO, agricultor
Pupo Carralero preside un Comité de Campesinos Libres en Pinar del Río. En su opinión, hay problemas puntuales como la informalidad del Estado para suministrar insumos, o los precios poco atractivos que paga Acopio, comparados con los del mercado negro. Pero lo fundamental es que se le dé total libertad al campesino sobre sus tierras y sus cosechas.
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ESMILDA CARRALERO, agricultora
Esta campesina de la misma zona de San Juan y Martínez cita un rosario de incumplimientos por parte del Estado: un crédito que debían haber recibido el día 20 y no han recibido; un pago pendiente por frijoles conveniados y entregados; petróleo que llega cuando están terminando la cosecha; y quintales y quintales de pepinos, tomates y otras hortalizas que se les pudren porque Acopio no tiene capacidad para recibirlos.
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ARNALDO RAMOS LAUZURIQUE, economista
El también ex preso de conciencia considera ridículo que a décadas de los planes de Fidel Castro para obtener una raza de ganado mejor todavía se produzcan menos de cuatro litros de leche por vaca. Lauzurique señala que el mismo gobierno que creó las irrentables cooperativas se queja de que los campesinos desvían sus productos al mercado negro.
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VLADIMIRO ROCA, economista
Para el coautor del documento La Patria es de Todos en Cuba nada funciona porque la estatización acabó con la economía, y los responsables son los mismos que quieren ahora componerla. Roca considera que lo primero que hace falta para que la economía funcione es libertad económica: para producir, para invertir, y para contratar y que los contratos se respeten.
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