Hacía más de 600 años que un papa no renunciaba por voluntad propia
Benedicto XVI, el 265 sucesor del apóstol San Pedro al frente de la Iglesia, dejó de ser hoy papa para convertirse en un "simple peregrino que inicia la última etapa de su vida", la cual dedicará ahora a la oración en el Vaticano, a pocos pasos del futuro Pontífice, al que ya ha prometido "respeto y obediencia".
Hacía más de 600 años que un papa no renunciaba por voluntad propia al papado, desde que Celestino V lo hizo en el 1294, por lo que la decisión del papa Ratzinger ha marcado un hito en la historia de la Iglesia católica.
Hasta ahora, los papas moran en su cama del Vaticano, pero hoy el alemán Benedicto XVI, de casi 86 años, abandó el Vaticano por su propio pie, a bordo de un helicóptero y se trasladará a la residencia de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros al sur de Roma.
La imagen de un papa que abandona el Vaticano en helicóptero fue vista por cientos de millones de personas en todo el mundo.
En Castel Gandolfo permanecerá unos dos meses hasta que estén acabadas las obras del monasterio de monjas de clausura "Mater Ecclesia", que se levanta en los jardines del Vaticano donde se alojará Ratzinger.
Ayer, tras ocho años de pontificado, el papa se despidió de los fieles en una audiencia pública a la que asistieron unas 200.000 personas, a las que dijo que "no abandona la cruz".
La única señal visible que anuncia al mundo que Benedicto XVI ya no era papa fue el momento en el que se escuchó, en el reloj de palacio, las campanadas de las ocho de la tarde e inmediatamente la Guardia Suiza cerró la puerta del edificio, dando por concluido su servicio al papa Ratzinger.
El viernes, el cardenal decano, Angelo Sodano, comenzará a llamar a los purpurados de todo el mundo para preparar el cónclave que elegirá al sucesor de Ratzinger y participará en las congregaciones preparatorias.
La primera congregación se celebrará el lunes 4 de marzo, así lo anunció hoy el cardenal de Nápoles (Italia), Crescenzio Sepe, y tal vez ya ese día se anuncie la fecha del cónclave.
Hacía más de 600 años que un papa no renunciaba por voluntad propia al papado, desde que Celestino V lo hizo en el 1294, por lo que la decisión del papa Ratzinger ha marcado un hito en la historia de la Iglesia católica.
Hasta ahora, los papas moran en su cama del Vaticano, pero hoy el alemán Benedicto XVI, de casi 86 años, abandó el Vaticano por su propio pie, a bordo de un helicóptero y se trasladará a la residencia de Castel Gandolfo, a unos 30 kilómetros al sur de Roma.
La imagen de un papa que abandona el Vaticano en helicóptero fue vista por cientos de millones de personas en todo el mundo.
En Castel Gandolfo permanecerá unos dos meses hasta que estén acabadas las obras del monasterio de monjas de clausura "Mater Ecclesia", que se levanta en los jardines del Vaticano donde se alojará Ratzinger.
Ayer, tras ocho años de pontificado, el papa se despidió de los fieles en una audiencia pública a la que asistieron unas 200.000 personas, a las que dijo que "no abandona la cruz".
La única señal visible que anuncia al mundo que Benedicto XVI ya no era papa fue el momento en el que se escuchó, en el reloj de palacio, las campanadas de las ocho de la tarde e inmediatamente la Guardia Suiza cerró la puerta del edificio, dando por concluido su servicio al papa Ratzinger.
El viernes, el cardenal decano, Angelo Sodano, comenzará a llamar a los purpurados de todo el mundo para preparar el cónclave que elegirá al sucesor de Ratzinger y participará en las congregaciones preparatorias.
La primera congregación se celebrará el lunes 4 de marzo, así lo anunció hoy el cardenal de Nápoles (Italia), Crescenzio Sepe, y tal vez ya ese día se anuncie la fecha del cónclave.