El monumento construido en 1926 ha sido símbolo del conflicto entre Estados Unidos y Cuba desde el triunfo de la revolución castrista.
Las bases del Monumento al Maine en La Habana están siendo restauradas y lustradas sus placas de bronce tras décadas de abandono durante las cuales el salitre opacó su brillo.
El monumento construido en 1926 ha formado parte simbólica del conflicto entre Estados Unidos y Cuba desde el triunfo de la revolución castrista.
La información la destaca hoy la agencia AP en ocasión de cumplirse un aniversario más de la explosión del acorazado norteamericano Maine en las aguas de la Bahía de La Habana, el 15 de febero de 1898, que costó la vida a 266 marineros y dio origen a la Guerra de Estados Unidos con España.
Granma, el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, publica un comentario sobre el Maine, sin informar sobre los trabajos de reparación en el monumento.
El águila imperial que coronaba las dos columnas del monumento fue decapitada el 18 de julio de 1961 por el gobierno de Fidel Castro, que ordenó colocar en el lugar una placa que reza: “A las víctimas de El Maine que fueron sacrificadas por la voracidad imperialista en su afán de apoderarse de la isla de Cuba”.
Todavía es un misterio cómo la cabeza del águila llegó a la Embajada Suiza que se ocupa de los asuntos estadounideses en La Habana, y que hoy cuelga en un salón de conferencias de la Sección de Intereses de Estados Unidos en la capital cubana.
El resto del águila destronada, el cuerpo, las alas y la cola, permanecen guardadas en un almacén del Museo de Historia de la Ciudad de La Habana.
"Yo he sido un fiel custodio de ese cuerpo”, dijo a AP, Eusebio Leal, Historiador de La Habana, quien agregó que el ex diplomático estadounidense Wayne Smith le comentó en una ocasión que hasta que la cabeza del águila no se reuniera con su cuerpo no mejorarían las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Para Leal, esa sería una posibilidad, si el gobierno estadounidense le pone fin a las leyes del embargo que ha mantenido durante 51 años.
“Sería una buena ocasión para la visita amistosa de un Presidente estadounidense”, dijo Leal a la AP. “Me gustaría que fuera el Presidente Obama quien lo hiciera”, subrayó.
Por ahora, el Departamento de Estado ha enviado a dos expertos a La Habana para restaurar el águila imperial que preside los jardínes de la casa del jefe de la misión diplomática estadounidense.
Esa fue la primera que coronó el Monumento al Maine, pero fue tumbada de su pedestal por el ciclón que asoló a La Habana en 1932.
El monumento construido en 1926 ha formado parte simbólica del conflicto entre Estados Unidos y Cuba desde el triunfo de la revolución castrista.
La información la destaca hoy la agencia AP en ocasión de cumplirse un aniversario más de la explosión del acorazado norteamericano Maine en las aguas de la Bahía de La Habana, el 15 de febero de 1898, que costó la vida a 266 marineros y dio origen a la Guerra de Estados Unidos con España.
Granma, el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, publica un comentario sobre el Maine, sin informar sobre los trabajos de reparación en el monumento.
El águila imperial que coronaba las dos columnas del monumento fue decapitada el 18 de julio de 1961 por el gobierno de Fidel Castro, que ordenó colocar en el lugar una placa que reza: “A las víctimas de El Maine que fueron sacrificadas por la voracidad imperialista en su afán de apoderarse de la isla de Cuba”.
Todavía es un misterio cómo la cabeza del águila llegó a la Embajada Suiza que se ocupa de los asuntos estadounideses en La Habana, y que hoy cuelga en un salón de conferencias de la Sección de Intereses de Estados Unidos en la capital cubana.
El resto del águila destronada, el cuerpo, las alas y la cola, permanecen guardadas en un almacén del Museo de Historia de la Ciudad de La Habana.
"Yo he sido un fiel custodio de ese cuerpo”, dijo a AP, Eusebio Leal, Historiador de La Habana, quien agregó que el ex diplomático estadounidense Wayne Smith le comentó en una ocasión que hasta que la cabeza del águila no se reuniera con su cuerpo no mejorarían las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Para Leal, esa sería una posibilidad, si el gobierno estadounidense le pone fin a las leyes del embargo que ha mantenido durante 51 años.
“Sería una buena ocasión para la visita amistosa de un Presidente estadounidense”, dijo Leal a la AP. “Me gustaría que fuera el Presidente Obama quien lo hiciera”, subrayó.
Por ahora, el Departamento de Estado ha enviado a dos expertos a La Habana para restaurar el águila imperial que preside los jardínes de la casa del jefe de la misión diplomática estadounidense.
Esa fue la primera que coronó el Monumento al Maine, pero fue tumbada de su pedestal por el ciclón que asoló a La Habana en 1932.