Schmidt es un firme defensor del acceso mundial a internet y del poder de la conectividad para sacar a la gente de la pobreza y la opresión política.
El presidente de Google llegó a Corea del Norte el lunes, en una visita privada para conocer de primera mano la economía y las redes sociales de la nación comunista, dijo su delegación, a pesar de las dudas en Washington sobre el momento que eligió para hacer el viaje, asegura un parte de prensa de la agencia AP.
Eric Schmidt, presidente ejecutivo de una de las más grandes compañías de internet en el mundo, es el ejecutivo estadounidense más prominente que ha visitado Corea del Norte -un país con políticas notablemente restrictivas sobre internet- desde que el joven líder Kim Jong Un asumió el poder hace un año.
Su visita ha generado críticas por parte del Departamento de Estado norteamericano, ya que se da apenas unas semanas después del controversial lanzamiento de un cohete por parte de Corea del Norte, además de desatar conjeturas sobre los objetivos de su visita.
Schmidt llegó en un vuelo comercial de Air China junto con el ex gobernador de Nuevo México Bill Richardson, quien ha viajado más de media decena de veces a Corea del Norte durante los pasados 20 años.
Antes de despegar de Beijing, Richardson dijo que el viaje era una misión privada y humanitaria.
Funcionarios estadounidenses han criticado el viaje de cuatro días. Corea del Norte lanzó un satélite al espacio el 12 de diciembre mediante un cohete de largo alcance. Washington condenó el lanzamiento, por considerarlo una prueba de su tecnología de misiles, y dijo que una violación a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que prohibía a Pyongyang desarrollar su programa nuclear y de misiles. El Consejo de Seguridad aún delibera si tomará medidas al respecto.
"Creemos que el momento de la visita no es útil, y ellos están enterados de nuestro parecer", dijo la portavoz del Departamento de Estado Victoria Nuland a reporteros la semana pasada.
El viaje se planeó antes de que Corea del Norte anunciara sus planes para lanzar un satélite al espacio, dijeron dos personas con conocimiento de los planes de la delegación a The Associated Press.
Se presume que Schmidt hará un donativo durante su visita, mientras que Richardson tratará de discutir la detención de un ciudadano estadounidense, dijeron a la AP miembros de la delegación, quienes pidieron no ser identificados, ya que el viaje es de carácter privado.
El plan de Schmidt ha puesto al gobierno de Barack Obama en la incómoda posición de oponerse a un paladín de la libertad en internet, quien parece decidido a colaborar con uno de los países que más censuran la red. Schmidt es un firme defensor del acceso mundial a internet y del poder de la conectividad para sacar a la gente de la pobreza y la opresión política.
Hay pocos países como Corea del Norte, donde los obstáculos son tan rigurosos. Los norcoreanos necesitan el permiso del gobierno para interactuar con extranjeros, ya sea en persona, o por teléfono o correo electrónico. Sólo una diminuta porción de la elite norcoreana está conectada a la red.
El gobierno estadounidense está cauteloso por una razón: teme que el viaje de Schmidt pueda dar impulso al joven líder norcoreano Kim Jong Un, justo cuando Washington trata de presionarlo para que abra su país a reformas occidentales.
Estados Unidos y sus aliados buscan sanciones más duras contra el gobierno comunista, pero ese esfuerzo se está complicando por la resistencia de China, que posiblemente se preocupa de que su problemático aliado pueda responder a cualquier nuevo castigo con una prueba nuclear.
Eric Schmidt, presidente ejecutivo de una de las más grandes compañías de internet en el mundo, es el ejecutivo estadounidense más prominente que ha visitado Corea del Norte -un país con políticas notablemente restrictivas sobre internet- desde que el joven líder Kim Jong Un asumió el poder hace un año.
Su visita ha generado críticas por parte del Departamento de Estado norteamericano, ya que se da apenas unas semanas después del controversial lanzamiento de un cohete por parte de Corea del Norte, además de desatar conjeturas sobre los objetivos de su visita.
Schmidt llegó en un vuelo comercial de Air China junto con el ex gobernador de Nuevo México Bill Richardson, quien ha viajado más de media decena de veces a Corea del Norte durante los pasados 20 años.
Antes de despegar de Beijing, Richardson dijo que el viaje era una misión privada y humanitaria.
Funcionarios estadounidenses han criticado el viaje de cuatro días. Corea del Norte lanzó un satélite al espacio el 12 de diciembre mediante un cohete de largo alcance. Washington condenó el lanzamiento, por considerarlo una prueba de su tecnología de misiles, y dijo que una violación a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que prohibía a Pyongyang desarrollar su programa nuclear y de misiles. El Consejo de Seguridad aún delibera si tomará medidas al respecto.
"Creemos que el momento de la visita no es útil, y ellos están enterados de nuestro parecer", dijo la portavoz del Departamento de Estado Victoria Nuland a reporteros la semana pasada.
El viaje se planeó antes de que Corea del Norte anunciara sus planes para lanzar un satélite al espacio, dijeron dos personas con conocimiento de los planes de la delegación a The Associated Press.
Se presume que Schmidt hará un donativo durante su visita, mientras que Richardson tratará de discutir la detención de un ciudadano estadounidense, dijeron a la AP miembros de la delegación, quienes pidieron no ser identificados, ya que el viaje es de carácter privado.
El plan de Schmidt ha puesto al gobierno de Barack Obama en la incómoda posición de oponerse a un paladín de la libertad en internet, quien parece decidido a colaborar con uno de los países que más censuran la red. Schmidt es un firme defensor del acceso mundial a internet y del poder de la conectividad para sacar a la gente de la pobreza y la opresión política.
Hay pocos países como Corea del Norte, donde los obstáculos son tan rigurosos. Los norcoreanos necesitan el permiso del gobierno para interactuar con extranjeros, ya sea en persona, o por teléfono o correo electrónico. Sólo una diminuta porción de la elite norcoreana está conectada a la red.
El gobierno estadounidense está cauteloso por una razón: teme que el viaje de Schmidt pueda dar impulso al joven líder norcoreano Kim Jong Un, justo cuando Washington trata de presionarlo para que abra su país a reformas occidentales.
Estados Unidos y sus aliados buscan sanciones más duras contra el gobierno comunista, pero ese esfuerzo se está complicando por la resistencia de China, que posiblemente se preocupa de que su problemático aliado pueda responder a cualquier nuevo castigo con una prueba nuclear.