Los cubanos que viven en la isla y los extranjeros que cuentan con residencia permanente son los únicos autorizados para comprar y vender
Un año después de que el Gobierno legalizara la compraventa de casas entre particulares, ha surgido en Cuba un nuevo y particular mercado inmobiliario que se cuece entre internet, intermediarios ilegales y precios disparados, señala la agencia Efe.
El "boom" del sector arrancó en noviembre de 2011, tras medio siglo de prohibiciones, en un país donde no existen agencias inmobiliarias, los "corredores" (agentes) de compraventa operan sin marco legal y la mayoría de los propietarios no tiene una idea clara del valor real de su inmueble.
En La Habana, capital y mayor ciudad de la isla con más de dos millones de habitantes, las ofertas suelen correr "boca a boca" y comienzan a proliferar los carteles de "se vende". Pero basta con entrar a internet para saber cómo se está moviendo el negocio en la urbe.
"Revolico", el mayor sitio digital de anuncios clasificados de Cuba, tiene cientos de anuncios vendiendo desde "casas de lujo" en barrios elegantes como Miramar y El Vedado, hasta modestas viviendas de la periferia con precios que pueden ir de 5.000 a más de 100.000 pesos cubanos convertibles (CUC, equivalente al dólar).
Otros sitios, por ejemplo, promocionan casas con "vista al mar" en La Habana y Matanzas, facilitan información sobre los trámites legales y hasta promueven la formación de "agentes" para sus equipos.
El informático cubano Alexis Aguilar, residente en España, cree que "el mercado inmobiliario efectivamente se está organizando desde internet" y es una de las razones que dio impulso al portal "DetrásDeLaFachada.com" que gestiona con un amigo que vive en Cuba.
Aguilar, cuya web permite a los vendedores colgar anuncios detallados y gratuitos, considera que a pesar de las restricciones de conexión que hay en la isla, internet "es un puente entre los cubanos de dentro y los de fuera".
"Las casas y la familia están en Cuba, pero el dinero está fuera (...) para la mayoría de los cubanos de dentro de la isla es impensable comprar una casa con sus salarios, mucha gente tiene familiares fuera que están dispuestos a ayudarles", indicó Aguilar a Efe.
Es el caso de Rodniel, un cubano de 34 años que en agosto pagó 14.000 pesos convertibles por una casa de la que es formalmente propietario, aunque en verdad la han comprado sus tíos residentes en EE.UU. con el objetivo de pasar futuras temporadas en La Habana.
De acuerdo con la ley, los cubanos que viven en la isla y los extranjeros que cuentan con residencia permanente son los únicos autorizados para comprar y vender y sólo es legítimo tener una propiedad de residencia y otra en zonas de descanso o veraneo.
Rodniel dijo a Efe que compró la casa por un precio casi 60 veces superior al que apareció en los papeles legales de la transacción, que fue muy similar al valor del inmueble determinado por el Estado, que maneja la tasación oficial de las viviendas.
El hecho de que en el país convivan dos monedas hace más complejo el asunto: el Estado tasa en pesos cubanos (en el que la mayor parte de la población cobra sus salarios y paga servicios básicos) pero las ventas entre privados se están realizando en CUC (con un valor 24 veces superior y convertible en divisas).
La brecha entre la tasación oficial y los valores del mercado se amplió a partir de 2011 porque "en las primeras ventas legales intervino capital extranjero", según dijo a Efe un "corredor" que pidió mantener el anonimato.
"Esos precios eran altos y dispararon el mercado. Después quedaron establecidos, pero son exagerados para Cuba y actualmente están trabando muchas ventas", opinó este agente.
El negocio de los "corredores", un rol de intermediario en asuntos inmobiliarios que ha existido de forma ilegal en Cuba durante décadas, no está regulado en las autorizaciones aprobadas por el Gobierno hace un año.
El agente consultado por Efe explicó que antes de la legalización de la compraventa los "corredores" cobraban una comisión fija del 10 por ciento por su trabajo, pero esa cifra ha descendido al cinco por ciento o incluso menos en algunos casos porque ya su gestión no es tan demandada.
Según este agente, a la mayoría de sus clientes los encuentra actualmente en el Paseo del Prado de La Habana, donde desde hace años existe una especie de "foro" espontáneo para el negocio inmobiliario, y al que siguen acudiendo personas interesadas en permutar, vender o comprar casas.
"La mayoría de la gente llega sin el dinero en la mano. Buscan vender su casa primero y después automáticamente comprar lo que le interesa para no quedarse en la calle", añadió.
Salvador Brito, un jubilado de 66 años, dijo a Efe en la "bolsa" del Prado que pretende vender su casa para comprar un apartamento "más discreto" y un vehículo que pueda alquilar como taxi.
"Mi casa ahora vale 70.000 CUC. Un apartamento pequeño para vivir con mi mujer saldría en 15.000. El resto será el dinero de mi vejez", resumió Brito.
El "boom" del sector arrancó en noviembre de 2011, tras medio siglo de prohibiciones, en un país donde no existen agencias inmobiliarias, los "corredores" (agentes) de compraventa operan sin marco legal y la mayoría de los propietarios no tiene una idea clara del valor real de su inmueble.
En La Habana, capital y mayor ciudad de la isla con más de dos millones de habitantes, las ofertas suelen correr "boca a boca" y comienzan a proliferar los carteles de "se vende". Pero basta con entrar a internet para saber cómo se está moviendo el negocio en la urbe.
"Revolico", el mayor sitio digital de anuncios clasificados de Cuba, tiene cientos de anuncios vendiendo desde "casas de lujo" en barrios elegantes como Miramar y El Vedado, hasta modestas viviendas de la periferia con precios que pueden ir de 5.000 a más de 100.000 pesos cubanos convertibles (CUC, equivalente al dólar).
Otros sitios, por ejemplo, promocionan casas con "vista al mar" en La Habana y Matanzas, facilitan información sobre los trámites legales y hasta promueven la formación de "agentes" para sus equipos.
El informático cubano Alexis Aguilar, residente en España, cree que "el mercado inmobiliario efectivamente se está organizando desde internet" y es una de las razones que dio impulso al portal "DetrásDeLaFachada.com" que gestiona con un amigo que vive en Cuba.
Aguilar, cuya web permite a los vendedores colgar anuncios detallados y gratuitos, considera que a pesar de las restricciones de conexión que hay en la isla, internet "es un puente entre los cubanos de dentro y los de fuera".
"Las casas y la familia están en Cuba, pero el dinero está fuera (...) para la mayoría de los cubanos de dentro de la isla es impensable comprar una casa con sus salarios, mucha gente tiene familiares fuera que están dispuestos a ayudarles", indicó Aguilar a Efe.
Es el caso de Rodniel, un cubano de 34 años que en agosto pagó 14.000 pesos convertibles por una casa de la que es formalmente propietario, aunque en verdad la han comprado sus tíos residentes en EE.UU. con el objetivo de pasar futuras temporadas en La Habana.
De acuerdo con la ley, los cubanos que viven en la isla y los extranjeros que cuentan con residencia permanente son los únicos autorizados para comprar y vender y sólo es legítimo tener una propiedad de residencia y otra en zonas de descanso o veraneo.
Rodniel dijo a Efe que compró la casa por un precio casi 60 veces superior al que apareció en los papeles legales de la transacción, que fue muy similar al valor del inmueble determinado por el Estado, que maneja la tasación oficial de las viviendas.
El hecho de que en el país convivan dos monedas hace más complejo el asunto: el Estado tasa en pesos cubanos (en el que la mayor parte de la población cobra sus salarios y paga servicios básicos) pero las ventas entre privados se están realizando en CUC (con un valor 24 veces superior y convertible en divisas).
La brecha entre la tasación oficial y los valores del mercado se amplió a partir de 2011 porque "en las primeras ventas legales intervino capital extranjero", según dijo a Efe un "corredor" que pidió mantener el anonimato.
"Esos precios eran altos y dispararon el mercado. Después quedaron establecidos, pero son exagerados para Cuba y actualmente están trabando muchas ventas", opinó este agente.
El negocio de los "corredores", un rol de intermediario en asuntos inmobiliarios que ha existido de forma ilegal en Cuba durante décadas, no está regulado en las autorizaciones aprobadas por el Gobierno hace un año.
El agente consultado por Efe explicó que antes de la legalización de la compraventa los "corredores" cobraban una comisión fija del 10 por ciento por su trabajo, pero esa cifra ha descendido al cinco por ciento o incluso menos en algunos casos porque ya su gestión no es tan demandada.
Según este agente, a la mayoría de sus clientes los encuentra actualmente en el Paseo del Prado de La Habana, donde desde hace años existe una especie de "foro" espontáneo para el negocio inmobiliario, y al que siguen acudiendo personas interesadas en permutar, vender o comprar casas.
"La mayoría de la gente llega sin el dinero en la mano. Buscan vender su casa primero y después automáticamente comprar lo que le interesa para no quedarse en la calle", añadió.
Salvador Brito, un jubilado de 66 años, dijo a Efe en la "bolsa" del Prado que pretende vender su casa para comprar un apartamento "más discreto" y un vehículo que pueda alquilar como taxi.
"Mi casa ahora vale 70.000 CUC. Un apartamento pequeño para vivir con mi mujer saldría en 15.000. El resto será el dinero de mi vejez", resumió Brito.