La historia de los cubanos en el exilio hay que revisarla constantemente porque con inusitada frecuencia tenemos que agregar nombres a la lista de los más distinguidos.
Esta semana los nombres de Ryan Lochte y Danell Leyva están en boca de todos. Lochte ha ganado varias medallas en natación – por lo menos una de oro – y dice lleno de orgullo que él se crío comiendo el picadillo cubano y las croquetas que le cocina su abuela de 91 años.
Leyva, por su parte es una joven estrella en la gimnasia nacido en la ciudad de Cárdenas y traído a Estados Unidos por su madre cuando era aún un bebé. Leyva todavía tiene que probar sus méritos en estas olimpiadas, pero ya ha ganado campeonatos mundiales en su especialidad.
Pero aparte de los deportes, está semana le pertenece al cubano-americano Ted Cruz que el martes ganó la primaria republicana para el senado en Texas. Y ganar las primarias republicanas en Texas es casi decir que tiene las elecciones de noviembre en el bolsillo, porque hace décadas que los demócratas no ganan un escaño senatorial en Texas.
Cruz es un joven cubano-americano que comparte muchas cosas con el Senador de la Florida Marco Rubio. Ambos vienen del ala conservadora del Partido Republicano. Ambos son muy jóvenes y ambos han ganado elecciones en contra de la opinión de los mejores expertos políticos en el país.
Y si Cruz gana en noviembre – donde debe hacerlo porque en Texas hay más de cuatro votantes republicanos por cada votante inscrito en el Partido Demócrata –él se convertiría en el tercer cubano americano en ocupar uno de los 100 asientos en el llamado club más exclusivo de los Estados Unidos – el Senado.
Hay que poner esto en perspectiva. Cruz se uniría a Rubio y a Bob Menéndez, senador demócrata de Nueva Jersey. En ese instante 3 de los 100 senadores serán de descendencia cubana – o sea el tres por ciento. Y eso que los cubano americanos representan poco más de la mitad del uno por ciento de la población de Estados Unidos – 1.8 millones de más de 311 millones de personas, de acuerdo al censo del 2010.
También hay que destacar que en estos momentos ninguno de los 100 senadores es hispano o afro americano.
Hace un año nadie hablaba de Cruz. Su padre es un pastor protestante en los alrededores de la ciudad de Houston. Como abogado Cruz ha presentado varios casos ante la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Hace un mes Cruz quedaba en un distante segundo lugar en las primarias republicanas. Pero como su contrincante no pudo obtener el 50 por ciento del voto, tuvo que ir a una segunda vuelta y ahí es donde Cruz arrastró con él. Cruz ganó por más de 10 puntos y de la noche a la mañana es una nueva estrella en el firmamento político del Partido Republicano.
Los liberales le critican sus vínculos con el Tea Party y sus esfuerzos por elegir candidatos súper conservadores. Cruz es eso; igual que Rubio. Ninguno de los dos se arrepiente de sus principios. Y los dos saben expresar sus puntos de vista con facilidad.
Leyva, por su parte es una joven estrella en la gimnasia nacido en la ciudad de Cárdenas y traído a Estados Unidos por su madre cuando era aún un bebé. Leyva todavía tiene que probar sus méritos en estas olimpiadas, pero ya ha ganado campeonatos mundiales en su especialidad.
Cruz es un joven cubano-americano que comparte muchas cosas con el Senador de la Florida Marco Rubio. Ambos vienen del ala conservadora del Partido Republicano. Ambos son muy jóvenes y ambos han ganado elecciones en contra de la opinión de los mejores expertos políticos en el país.
Y si Cruz gana en noviembre – donde debe hacerlo porque en Texas hay más de cuatro votantes republicanos por cada votante inscrito en el Partido Demócrata –él se convertiría en el tercer cubano americano en ocupar uno de los 100 asientos en el llamado club más exclusivo de los Estados Unidos – el Senado.
Hay que poner esto en perspectiva. Cruz se uniría a Rubio y a Bob Menéndez, senador demócrata de Nueva Jersey. En ese instante 3 de los 100 senadores serán de descendencia cubana – o sea el tres por ciento. Y eso que los cubano americanos representan poco más de la mitad del uno por ciento de la población de Estados Unidos – 1.8 millones de más de 311 millones de personas, de acuerdo al censo del 2010.
También hay que destacar que en estos momentos ninguno de los 100 senadores es hispano o afro americano.
Hace un año nadie hablaba de Cruz. Su padre es un pastor protestante en los alrededores de la ciudad de Houston. Como abogado Cruz ha presentado varios casos ante la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Hace un mes Cruz quedaba en un distante segundo lugar en las primarias republicanas. Pero como su contrincante no pudo obtener el 50 por ciento del voto, tuvo que ir a una segunda vuelta y ahí es donde Cruz arrastró con él. Cruz ganó por más de 10 puntos y de la noche a la mañana es una nueva estrella en el firmamento político del Partido Republicano.
Los liberales le critican sus vínculos con el Tea Party y sus esfuerzos por elegir candidatos súper conservadores. Cruz es eso; igual que Rubio. Ninguno de los dos se arrepiente de sus principios. Y los dos saben expresar sus puntos de vista con facilidad.