La editora del diario 14ymedio, Yoani Sánchez, comentó en su blog Generación Y que la revolución ha sido seis décadas de una utopía inalcanzable.
Es un sistema “disfuncional y autoritario”, dijo Yoani al explicar que lo que se vive en Cuba en el 2019 no se parece a los sueños o las promesas de 1959.
De esas promesas iniciales, “en las que se hablaba de oportunidades para todos y de libertades ciudadanas, tampoco ha sobrevivido casi nada”, dijo Yoani.
La editora de 14ymedio recalcó que en lugar de esos espacios de realización individual y colectiva, “el castrismo ha mantenido un estricto entramado de vigilancia y control".
La gente ya no usa la palabra "revolución" para describir el pasado, dijo Yoani.
Acerca de la justicia social, dijo que no hay mucho que celebrar, pues es evidente “el abismo económico que separa a los jerarcas del Gobierno de los pensionados, la población negra y los residentes en zonas rurales”.
Yoani también lamentó la calidad de los servicios públicos de educación y salud. “La extensión de ambos sistemas sigue llegando a cada rincón del país, pero el deterioro de la infraestructura, los bajos salarios de profesores y médicos, junto a los excesos de ideología y los vacíos éticos han hecho que las aulas y los hospitales no se parezcan al sueño de un pueblo culto y bien atendido sanitariamente que una vez aplaudió las promesas del Comandante en Jefe”.
El autor cubano Ariel Hidalgo se ha expresado de forma similar, en un artículo de opinión en 14ymedio.
Él considera que los funcionarios del régimen deberían sentir vergüenza en vez de celebrar este 60 aniversario de dictadura.
“Han sido 60 años de Guerra permanente”, perpetrada por un grupo de hombres que nunca ha concedido “a la población el derecho a elegir”, escribió Hidalgo y agregó que ese grupo de hombres “en su propio programa oficial de Historia, ha injuriado a un presidente de los años 30 porque pretendió prorrogar su mandato por tres o cuatro años más”.
“Ese presidente había sido elegido democráticamente, mientras que los que hoy celebran seis décadas de poder ininterrumpido llegaron mediante la violencia, ejecutando, sin garantías procesales, a cientos de militares, y perpetrando una vil traicióna los ideales de muchos de sus propios compañeros que habían dado su sangre por restituir la Constitución abolida tras el cuartelazo del 52, además de celebrar las elecciones libres que aquel golpe había impedido”.
“El caudillo mismo”, dijo Hidalgo en referencia a Fidel Castro, había dado un portazo en el rostro de todos esos mártires al preguntar durante una concentración pública: "¿Elecciones para qué?”.
[A partir de artículos de opinión publicados en el diario 14ymedio]
