WASHINGTON DC - Los legisladores estadounidenses expresaron el miércoles su preocupación por la creciente influencia de China en las Naciones Unidas durante su interrogatorio a la nominada del presidente Joe Biden ante la ONU, la exembajadora Linda Thomas-Greenfield, tratando de asegurarse de que ella rechazará enérgicamente la "influencia maligna" de Beijing.
"A pesar de que Estados Unidos es, con mucho, el mayor donante de las Naciones Unidas, el Partido Comunista de China está intentando reformar la ONU para que sirva a sus necesidades", dijo el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, James Risch, en la inauguración de audiencia de confirmación de Thomas-Greenfield. "Y ha tenido algunos éxitos en ese sentido", aseguró.
Los senadores republicanos y demócratas interrogaron repetidamente a la retirada diplomática, veterana de 35 años en el Departamento de Estado, sobre un discurso que pronunció en 2019, luego de su jubilación. La atención se centró en la inversión de Estados Unidos y China en África. Varios senadores la criticaron por ser blanda con Beijing.
Thomas-Greenfield explicó especialmente una invitación que aceptó de la Universidad Estatal de Savannah, un instituto de educación superior históricamente de mayoría negra, con el que tuvo una relación de largo tiempo. El evento se desarrolló en el Instituto Confucio de la universidad, que es financiado por el gobierno chino.
“Acepté la invitación como respuesta a la universidad”, explicó Thomas-Greenfield. "Realmente lamento haber aceptado esa invitación y haber tenido mi nombre asociado al Instituto Confucio".
La postura firme sobre China
Sin embargo, la exdiplomática rechazó las acusaciones de algunos senadores de que ha sido blanda con China, diciendo que ha hablado sobre el comportamiento de Beijing a lo largo de su carrera, incluyendo lo que llamó los "objetivos de desarrollo parasitarios y egoístas" de China en África.
"Y veo que lo que están haciendo en la ONU socava nuestros valores, socava lo que creemos", dijo a los miembros del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. "Están socavando nuestra seguridad, están socavando a nuestra gente y debemos trabajar contra eso".
Sobre el trato de China a los musulmanes minoritarios de etnia uigur, Thomas-Greenfield lo calificó como un "genocidio", tal y como denunció la Administración Trump el pasado 19 de enero, a escasas horas de dar paso al nuevo gobierno.
“Absolutamente”, le dijo al senador Marco Rubio. "Lo que está pasando con los uigures es terrible y tenemos que reconocerlo por lo que es".
Este mismo miércoles el recién estrenado secretario de Estado, Antony Blinken, se refirió en duros términos a lo que sucede en China contra la comunidad musulmana.
“Mi determinación sigue siendo que se cometió un genocidio contra los uigures", dijo el alto diplomático, al responder que EE. UU. tiene interés en cooperar con China en temas de la lucha contra el cambio climático, pero lo sucedido contra la población musulmana de la provincia de Xinjian sigue siendo condenable.
Thomas-Greenfield, que sirvió como diplomática estadounidense en Kigali, Ruanda, en abril de 1994, fue enfática.
"Viví, experimenté y presencié un genocidio en Ruanda", dijo al hablar sobre las atrocidades cometidas contra los uigures. “Entonces, sé cómo se ve y cómo se siente. Esto se siente así, solo tenemos que llamarlo por lo que es". Dijo que si es confirmada, adoptará una postura firme sobre China en las Naciones Unidas.
"Sabemos que China está trabajando en todo el sistema de la ONU para impulsar una agenda autoritaria que se opone a los valores fundamentales de la institución: los valores estadounidenses", dijo la exembajadora. “Su éxito depende de nuestra continua retirada; eso no sucederá bajo mi supervisión".
Abordar los desafíos de Oriente Medio
Los legisladores tocaron fugazmente los largos y catastróficos conflictos que la ONU está tratando de resolver en Yemen y Siria.
Yemen es el mayor desastre humanitario del mundo y millones de personas están al borde de la hambruna. Siria está a punto de alcanzar el sombrío hito de una década de guerra civil que ha creado 5,5 millones de refugiados y ha desplazado internamente a otros 6 millones de personas que viven en la pobreza y la inseguridad.
Blinken al referirse hoy a la crisis en Yemen, adelantó que actualmente la administración Biden analiza cuál sería el mejor modo de “llevar ayuda a las personas, que se sienten tan desesperadas”, pero asegurándose de no ser una interferencia en el país.
Incluso Irán, que es un tema de conversación favorito de muchos en el Capitolio, también fue mencionado de pasada, a pesar de estar en la agenda de No Proliferación del Consejo de Seguridad de la ONU.
Thomas-Greenfield se hizo eco del recientemente juramentado secretario de Estado Antony Blinken, diciendo que la nueva administración haría todo lo posible para asegurarse de que Teherán no tenga acceso a un arma nuclear.
El único país de Medio Oriente sobre el que se interrogó en profundidad a la diplomática fue Israel, y qué haría para proteger al aliado de Estados Unidos en las Naciones Unidas,
donde a menudo recibe duras críticas por su trato a los palestinos.
"No hace falta decir que Israel no tiene un amigo más cercano que Estados Unidos, y lo reflejaré en mis acciones en las Naciones Unidas", dijo.
La administración Biden ha sido clara en el tema del conflicto israelí-palestino desde que asumió el poder. "Bajo la nueva administración, la política de Estados Unidos será apoyar una solución de dos estados mutuamente convenida, en la que Israel viva en paz y seguridad junto con un estado palestino viable", dijo el martes el embajador Richard Mills, en una reunión virtual de alto nivel del Consejo de Seguridad.
Linda Thomas-Greenfield creció durante la era de los derechos civiles en el estado de Louisiana. Se graduó de una escuela secundaria segregada y fue a la Universidad Estatal de Louisiana, que tuvo que ser obligada a aceptar estudiantes negros por orden judicial.
[Con la colaboración de Margaret Besheer, corresponsal de VOA en la ONU.]