MIAMI - Un cubano que funge como regente en la Universidad de Wisconsin, en Madison, sufrió un “acto de repudio” precisamente por formar parte de un comité que aprobó medidas disciplinarias para atajar este tipo de manifestación.
La decisión de José Delgado como uno de los regentes de la universidad de Wisconsin tiene que ver con la protección a la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos y además, según explicó él mismo a un medio local, proviene de su experiencia personal con la dictadura comunista en Cuba, de donde huyó junto a sus padres cuando era un niño.
“En Cuba el Gobierno organizaba turbas para manifestarse frente a hogares de personas”, recordó Delgado. “Gritaban ‘¡paredón, paredón!’ Era amenazador”.
El testimonio de Delgado apareció en un reporte sobre el polémico movimiento izquierdista en las universidades estadounidenses que sabotea conferencias contrarias a su modo de pensar.
Según el reporte, parte de la izquierda cree que el discurso con el que ellos no están de acuerdo no carece de protección constitucional, y por tanto tienen el derecho de acallarlo.
En la misma Universidad de Wisconsin, en Madison, manifestantes han intentado colapsar eventos oficiales solo porque no están de acuerdo con las ideas de un conferenciante invitado. Debido a ello, el consejo universitario del cual Delgado forma parte dictaminó en octubre tomar acciones disciplinarias contra estudiantes que traten de negar a otros su derecho a la libre expresión.
Delgado dice conocer a estos grupos y lo que buscan. La filosofía es“Si conseguimos suficiente gente para corear o gritar, da la impresión de que tienes el apoyo total del público”.
“Estamos protegiendo el derecho de todos nuestros estudiantes a expresarse, pero también los derechos de escuchar. Puedes decidir no escuchar tú, pero no puedes impedir que otros estudiantes escuchen”
“Una turba es un modo de la gente para esconderse y hacer lo que individualmente nunca se atreverían. Es una cosa terrible”, calificó Delgado al explicar su decisión. “Te quita la actividad individual”.
“No me gustan los eslóganes”, añadió, refiriéndose a los carteles y cánticos que repiten los manifestantes. “No son una buena vía para comunicarse, (pero sí) son una buena vía para obnubilar la mente”.
“Deberían ser corregidos”, agrega. “Espero que lo aprendan, y si no aprenden es que no pertenecen aquí”.
Vea en inglés el reporte completo a continuación:
