El violinista cubano, residente en Argentina, Luis Alberto Mariño Fernández, está pidiendo la libertad del rapero contestatario Denis Solís González tocando su instrumento frente a la sede diplomática cubana en Buenos Aires.
“La idea de estar frente a la embajada tiene dos caras: La primera es que yo, como cubano, me paro frente a ese edificio, bastante ostentoso, que no me representa porque encarna a la dictadura. Me coloco frente a ellos como símbolo de cómo están los ciudadanos cubanos, una persona frente a una maquinaria represiva", dijo a Radio Televisión Martí el también compositor, director de orquesta y profesor.
Añadió que, por otro lado, se para frente a su bandera, "que esa sí me representa. Es anterior a la dictadura cubana y los va a sobrevivir. Y frente a ella hago silencio, toco e improviso. Y voy generando un ciclo de silencio y de improvisaciones".
Mariño inicia siempre su acción artística con una transmisión por Facebook Live, a través de la cual explica su propósito: sumarse al reclamo por la excarcelación de Solís y a las ideas creativas desplegadas por el Movimiento San Isidro.
Como ésta del “susurro poético, esa iniciativa performática que tiene muchísimas aristas y declaré que mientras Denis esté injustamente preso, yo voy a estar en las calles de Argentina con mi violín”.
Denis Solís fue arrestado el 9 de noviembre y juzgado y sentenciado 2 días después por una acusación de desacato.
“Voy a tratar siempre de estar frente a la embajada y cuando no pueda (llegar por cualquier razón) estaré en otra parte de la ciudad, en algún lugar público, para que todos los días los argentinos vean lo que está sucediendo en Cuba”, aseguró.
En marzo de 2020, durante el encarcelamiento del artista audiovisual Luis Manuel Otero Alcántara y del líder opositor José Daniel Ferrer, el joven músico cubano creó tres improvisaciones en solidaridad con los dos detenidos y con el pueblo de Cuba, según afirmó en ese momento.
Tras la represión desatada el pasado 10 de octubre, Mariño rindió homenaje a las víctimas a través de la interpretación de “La Bayamesa”, publicada en un video en las redes sociales.
Mientras improvisa su melodía frente a la Misión de La Habana en el país austral, Mariño porta unos carteles sobre su ropa que llaman la atención acerca de la injusta prisión de Denis Solís y convoca a los argentinos a ayudar a los cubanos.
“La reacción de las personas es siempre muy variada. Es parte del paisaje. Hay a quienes interesa. Otros están ensimismados en su día a día. Algunos me hacen señales de aprobación. No he visto nadie que me desapruebe. Mi performance es artístico, es simbólico. No estoy convocando a una gran acción masiva. Tampoco la rechazo, pero lo que estoy haciendo es algo personal. Si invito a todos los que puedan pasar acá en Buenos Aires a tomar una foto, a compartir, porque todo eso generará presión y conciencia”, puntualizó.
“Sobre todo va a extender la solidaridad, que no es solamente para los cubanos ni para los que están sufriendo las peores atropellos del régimen. La solidaridad es para toda América Latina, porque mientras más solidaridad haya con los cubanos, menos poder va a tener la dictadura y menos daño va a poder hacer en América Latina”, puntualizó el artista.
“Entretanto, seguimos luchando por una Cuba libre, con libertad de expresión, democrática y donde se respeten los derechos humanos”.
Mariño Fernández es, además, integrante del Grupo Anima, un colectivo de artistas, investigadores, críticos y curadores de arte interesados en indagar en la construcción de la memoria histórica en Cuba.