El 16 de junio de 2017 en Miami, hace hoy un año, el presidente Donald Trump rodeado de expresos políticos y líderes anticastristas del exilio y de la isla, anunció que revertiría la política de su predecesor en la Casa Blanca.
Luego, por medio de un memorándum presidencial de seguridad dirigido a los organismos del gobierno, y de los consiguientes cambios en las regulaciones cubanas de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de la Tesorería, se implementaron los cambios.
Los principales fueron: la eliminación de una categoría de viajes a la isla que en la práctica se convertía en turismo, prohibido por el embargo; compilación de una lista negra de decenas de hoteles, empresas y otras entidades en poder de los militares cubanos a fin de negarles a estos los dólares estadounidenses; y la restitución de la lista original de funcionarios prohibidos del régimen que había sido sustancialmente reducida por Barack Obama
Un año después de que el presidente anunciara este fortalecimiento de la política de Washington hacia La Habana, Martí Noticias ha pedido a conocidos analistas políticos del exilio cubano, su valoración de los cambios y sus ideas acerca de cómo hacer más efectiva la política hacia un régimen que en la pasada administración se benefició de múltiples iniciativas del presidente Obama sin ceder prácticamente nada a cambio.
Juan Antonio Blanco, director, Fundación para los Derechos Humanos en Cuba
El ex diplomático cubano dijo a Martí Noticias que el presidente se ha ocupado desde el primer momento de Cuba, pero que los cambios han marchado lentamente debido a la demora en sustituir al secretario de Estado Rex Tillerson y al subsecretario de Estado para Asuntos Políticos Tom Shannon, este último un influyente remanente de la administración Obama.
Blanco consideró asimismo que al enfocarse en Venezuela Trump ha estado lidiando, principalmente a través de su vicepresidente Mike Pence, con la influencia en la región de Cuba, que ya no es una entidad aislada sino transnacional a partir del eje La Habana-Caracas.
El activista de derechos humanos enumeró algunas medidas que dijo le gustaría que la administración Trump aplicara próximamente en su política hacia Cuba:
♦ Retornar a Cuba a la lista de países patrocinadores del terrorismo, dados sus enlaces con grupos como Hamás y Hezbolá, y suparticipación en actividades criminales como el tráfico de cocaína,y en el terrorismo de Estado contra la oposición venezolana
♦ Empezar a inscribir en la lista Magnitsky los nombres de los represores cubanos que tanto en Cuba como en Venezuela cometen abusos contra los derechos humanos
♦ Identificar a represores que han mentido a las autoridades de inmigración de EE. UU. para poder viajar o emigrar a este país y adquirir luego la residencia y la ciudadanía, de manera que puedan ser legalmente procesados y eventualmente deportados.
♦ Restaurar el programa de parole para profesionales cubanos de la salud que son sometidos en sus misiones en el extranjero a onerosos contratos laborales.
♦ Extender la solidaridad que se brinda a los opositores políticos a los cubanos que reclaman derechos económicos y culturales.
♦ Instruir a los organismos relacionados de EE.UU. que reevalúen las condiciones de seguridad para el transporte aéreo en Cuba después del accidente aéreo que sacó a la luz numerosas irregularidades.
♦ Exigir a los remitentes de remesas que firmen una declaración jurada en la que aseguren que el destinatario no es un funcionario prohibido del régimen cubano, lo que incluye desde altos cargos del gobierno hasta jefes de sector de la policía y jefes de vigilancia de los CDR.
Frank Calzón, director del Centro para una Cuba Libre
El veterano defensor de derechos humanos dijo tener diferencias con la política del presidente Trump pero consideró que en cuanto a la política cubana es mucho más efectiva en comparación con la de su antecesor.
Calzón señaló la lentitud en la selección de las personas necesarias para implementar la política del mandatario, pero elogió como muestras de que se anda por buen camino que Trump haya explicado al público estadounidense cómo con sus medidas está procurando que los dólares de los viajeros no vayan a los militares cubanos; las referencias de la embajadora en la ONU Nikki Haley y otros funcionarios a los abusos en Cuba;así como que Trump esté prestando más atención a los miles de represores enviados por La Habana a Venezuela.
Entre sus propuestas a la administración Trump, el director del Centro para una Cuba Libre sugiere
♦ Solicitar a los líderes democráticos de la región que le nieguen al régimen cubano la impunidad de que ha gozado para sus abusos.
♦ Condicionar cualquier cambio en la relación a que La Habana deje de ser aliada de los principales enemigos de Estados Unidos
♦ Diseñar reglas más estrictas para evitar la concesión de visas estadounidenses a represores cubanos, incluso aquellos del ámbito cultural.
Marcell Felipe, presidente, Fundación Inspire America
El abogado cubanoamericano recuerda como la imagen más icónica de la visita del Presidente a Miami el momento en que le dio la mano al líder de la resistencia interna cubanaJorge Luis García Pérez, “Antúnez”, en contraste con el estrechón de manos entre Obama y Raúl Castro.
Felipe mencionó a Martí Noticias el impacto de las medidas de Trump en reducir lo que llama “el turismo oportunista, sexual o curioso” de los estadounidenses a la isla, así como los vuelos de las aerolíneas de EE.UU.
Consideró asimismo como “tal vez lo más importante” la reciente designación del periodista y político cubanoamericano Tomás Regalado al frente de la Oficina de Transmisiones a Cuba que engloba a Radio y TV Martí y a martinoticias.com., decisión que dijo muestra una voluntad política de hacer algo en congruencia con la misión original de estos medios de promover la libertad de Cuba.
El director de Inspire America adelantó a Martí Noticias puntos de una carta que su Fundación ha dirigido al presidente Trump con propuestas para que termine de cimentar su compromiso con una Cuba libre:
♦ Emitir una directiva presidencial a los organismos del gobierno federal para que revisen sus políticas y procedimientos de manera que se aplique completamente la ley Helms-Burton vigente desde 1996.
♦ Poner fin a la concesión de visas estadounidenses a violadores de derechos humanos y miembros en general del Ejército y la policía castristas, y viabilizar la identificación de estas personas, una decisión que según encuestas de la Fundación cuenta con apoyo de un 90 % de los cubanoamericanos republicanos y un 80 % de los demócratas.
♦ La medida incluiría también a represores culturales como Kcho y aquellos que firmaron en 2003 una carta en apoyo del fusilamiento de tres jóvenes por desviar una lancha.
♦ Regresar a la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo a Cuba, que continúa aterrorizando a los venezolanos, mantiene estrechas relaciones con países como Irán, Corea del Norte y Siria y facilita la labor de grupos terroristas como Hezbolá desde la isla.
♦ Reentrenar a los funcionarios de seguridad de EE.UU. en cuanto a los riesgos que presenta Cuba, una amenaza que fue deliberadamente tergiversada y subestimada por la espía convicta y principal analista de asuntos cubanos de la Agencia de Inteligencia para la Defensa Ana Belén Montes.
♦ Poner fin a la cooperación en el campo policial considerando que Cuba ha sido evaluada como una de las cuatro mayores amenazas para EE.UU. en el campo de la inteligencia junto con Rusia, China e Irán, alberga y se relaciona con terroristas y está involucrada en el narcotráfico internacional.
♦ Permitir a los fiscales federales que lleven hasta el final sus investigaciones, encausamientos y procesos contra funcionarios cubanos de cualquier nivel involucrados en crímenes.
♦ Ampliar la lista de entidades prohibidas bajo el control de los militares cubanos para incluir a algunas como ACOREC (Agencia de Representaciones Comerciales ), donde buscan empleo los desmovilizados del aparato militar.
♦ Prohibir a las empresas de EE.UU. presentes en Cuba que cumplan con el requisito ilegal de entregar al gobierno los salarios en divisas de los trabajadores cubanos, del cual les entregan sólo un 8 % y se apropian el resto.
♦ Regresar la actual Embajada al estatus de Sección de Intereses mientras Cuba siga siendo gobernada por un gobierno ilegítimo.