El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, llamó este sábado por teléfono al alcalde del Condado de Miami-Dade, en la Florida, Carlos Gimenez, para expresar su solidaridad a la comunidad cubanoamericana a raíz del fallecimiento del exgobernante Fidel Castro en La Habana.
Poco después Trump dijo en un comunicado que Fidel Castro fue "un dictador brutal que oprimió a su propio pueblo durante casi seis décadas".
"El legado de Fidel Castro es de pelotones de fusilamiento, robo, sufrimiento inimaginable, pobreza y la denegación de derechos humanos fundamentales", señaló Trump.
Hacia el futuro, dijo, su Gobierno hará todo lo que pueda "para garantizar que el pueblo cubano pueda finalmente iniciar su avance hacia la prosperidad y la libertad", y que él se suma a la esperanza de muchos cubano-estadounidenses de "ver algún día una Cuba libre".
Entretanto, miles de cubanos en Miami, Florida, celebran desde el sábado de madrugada la muerte de Fidel Castro.
"Es triste que uno se alegre de la muerte de una persona, pero es que esa persona nunca debió haber nacido", dijo Pablo Arencibia, un maestro de 67 años que salió de Cuba hace 20.
Con comentarios como "demoró demasiado" o "¡falta Raúl!", más de mil personas en La Pequeña Habana y otro tanto en Hialeah -dos vecindarios de Miami que son bastión del exilio cubano-, cantaban, bailaban y se abrazaban para celebrar la muerte el viernes de noche de Fidel Castro.