El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dará a conocer este viernes, en Miami, Florida, su nueva política hacia Cuba, lo que ha creado una gran expectativa entre los cubanoamericanos, organizaciones del exilio y los cubanos en la isla.
El exjefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, entre 2011 y 2014, John Caulfield, considera que el gobierno del presidente Trump "debe priorizar, primero, los intereses de los ciudadanos americanos; y segundo en este caso de Cuba, el interés del pueblo cubano".
El asunto es cómo consolidar estos dos intereses, dijo Caulfield al periodista de Radio Martí Amado Gil.
Sobre el apoyo que EEUU debería proporcionar a la sociedad civil en la isla, Caulfield estima que "lo mejor para EEUU es respetar a estos individuos, escucharlos, apoyarlos moralmente y ayudarlos a tener la oportunidad de dar su punto de vista al mundo en general, sus ideas sobre su país y el futuro".
También dijo que él cree que "una iniciativa privada más fuerte, más numerosa va a ayudar o va a presionar a Cuba a hacer cambios en el sentido de favorecer un mercado más abierto y, a largo plazo, eso va a ayudar a una transición política en Cuba, pero es muy difícil de fijar exactamente cómo y cuándo esto va a ocurrir".
¿Cuál debe ser la política de Trump hacia Cuba cuando Raúl Castro abandone en 2018 el Consejo de Estado y de Ministros? ¿Debe Washington tener una política dura, una política de restricciones o una de apertura como tenía Barack Obama?, preguntó Gil.
"Bueno, hemos experimentado con la política de restricciones durante muchos años y no ha logrado los resultados que todos esperábamos. Entonces, yo creo que el sistema actual en Cuba está pasando y nuestras políticas deben prepararnos para una nueva realidad en la isla, que todavía no está muy clara, pero que seguramente será muy diferente de la situación actual", señaló.
Sobre los viajes a Cuba, Caulfield dijo que desconoce lo que va a hacer la Administración Trump, pero considera que "tanto las visitas a la isla de cubanoamericanos como de americanos que no tienen sangre cubana son positivas para la mayoría, para el pueblo común cubano, porque le da una oportunidad de tener contacto con gente que vive otra experiencia, que representa a los EEUU de una manera muy diferente de los medios cubanos".
Cuando Gil le preguntó si él ve con buenos ojos que continúen viajando a Cuba las líneas de barcos cruceros y las aerolíneas estadounidenses respondió:
"Yo creo que los ciudadanos americanos tienen el derecho de viajar, y el único país en el mundo donde prohibimos ese derecho es Cuba y no veo la justificación. Entonces, mi respuesta es más sobre los derechos fundamentales de los americanos que de los cubano".
En cuanto al financiamiento a las ventas agrícolas que se le hagan al gobierno cubano dijo que "eso debe ser una decisión de la empresa americana. La verdad es que Cuba no tiene muy buena fama de pagar sus deudas y es un gran riesgo prestarle a Cuba, pero si una empresa decide con su propio dinero que vale la pena aceptar este riesgo, es el negocio de la compañía, pero yo no apoyaría préstamos del Gobierno americano al Gobierno cubano, yo no veo la capacidad de pagar esas deudas y no estoy a favor de dar ayuda externa al gobierno cubano actual".
"Cuba no es una amenaza estratégica y no representa grandes intereses económicos, pero a nosotros nos gustaría ver al Gobierno cubano tratar mejor a sus propios ciudadanos y que respete los derechos humanos", dijo Caulfield.
(Redactado por Jorge P. Martínez, con información de Radio Martí)