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Tres detenidos confiesan matanza en caso estudiantes de Iguala


Jesús Murillo, procurador general de México. Archivo.
Jesús Murillo, procurador general de México. Archivo.

El fiscal Jesús Murillo mostró testimonios de los detenidos, quienes dijeron que algunas de las personas murieron asfixiadas y sus restos fueron arrojados a un basurero y quemados.

La Fiscalía federal de México dijo el viernes que tres nuevos detenidos confesaron haber asesinado a un grupo de personas que podrían ser los 43 estudiantes desaparecidos en septiembre, un caso que ha sacudido al Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

El fiscal general, Jesús Murillo Karam, realizó el anuncio en una conferencia de prensa en la que informó la detención de Patricio Reyes "El Pato", Jonatan Osorio "El Jona" y Agustín García "El Chereje".

"Sé el enorme dolor que produce en los familiares la información que hemos obtenido. Los testimonios e informaciones que hemos recabado apuntan lamentablemente al homicidio de un amplio número de personas en el municipio de Cocula", dijo Murillo.

El fiscal general pidió esperar a pruebas de ADN que se realizarán en Austria para asegurar que una serie de restos calcinados y descuartizados hallados hace ocho días en el interior de bolsas de plástico en un río son los de los desaparecidos.

"Los huesos están en tal proceso de calcinación que con tocarlos se convierten en polvo y eso hace muy difícil la extracción de ADN para terminar la identificación", dijo Murillo. Explicó que los análisis de ADN se harán en la Universidad de Innsbruck, en Austria. No se cuenta con una fecha concreta para su finalización.

El procurador afirmó que "la obligación de la autoridad es mantener la investigación hasta que tengamos plenas certezas" y que la investigación queda abierta "hasta identificar todos los restos humanos encontrados en el basurero y el rio San Juan y que mientras eso no suceda "se les seguirá considerando desaparecidos".

Murillo compareció ante la prensa con un despliegue de fotografías, mapas y testimonios grabados en vídeo en los que los tres detenidos, miembros del cartel de los Guerreros Unidos, ofrecieron detalles escabrosos sobre cómo murieron los estudiantes y cómo después los criminales intentaron destruir sus restos y las pruebas del crimen. Se trata del recuento más completo ofrecido a la fecha sobre las desapariciones.

Murillo mostró testimonios de los detenidos, quienes dijeron que algunas de las personas murieron asfixiadas y sus restos fueron arrojados a un basurero y quemados.

Los restos fueron hallados en el basurero de Cocula, un municipio vecino a Iguala, en el sureño estado de Guerrero, donde los jóvenes fueron detenidos por policías y entregados a sicarios de un grupo del crimen organizado llamado Guerreros Unidos.

Algunos, al menos 15, llegaron ya muertos, asfixiados en el camión, según el testimonio de los detenidos, que participaron en los hechos. A los que aún estaban vivos, los pusieron en el suelo boca abajo, les interrogaron para saber si pertenecían a alguna organización criminal rival y les dispararon. Después, los arrojaron a un barranco en el basurero y les prendieron fuego.

Las llamas, alimentadas con gasolina, neumáticos y madera, se prolongaron desde la medianoche del mismo día en que fueron detenidos hasta entrada la tarde del día siguiente.

En una larga, y por momentos confusa explicación de la investigación realizada al momento, el fiscal Murillo Karam mostró cientos de fragmentos de huesos y de dientes calcinados, que fueron recuperados del río, en lo que sería un horrífico asesinato masivo que habría durado unas cuatro horas.

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