Dos meses y medio después del asesinato en Villa Clara de la joven estudiante universitaria, Leydi Laura García Lugo, nada ha dicho la prensa oficial al respecto y no ha aparecido aún el informe de la pesquisa policial.
El 30 de marzo del presente año la familia de la estudiante de 4to año de Medicina, residente en el poblado Esperanza, municipio de Ranchuelo, hizo la denuncia a la Policía por la desaparición de la joven, que había cumplido su turno de guardia en el Hospital Ginecobstétrico de la capital provincial.
El cuerpo de García Lugo apareció el 1ro de abril con signos de estrangulamiento, a orillas de la Autopista Nacional.
“La profesora de Medicina Legal de la universidad nos dijo que la causa de muerte fue estrangulamiento. El cuerpo tenía varios hematomas en la cara y el abdomen”, reportó la publicación independiente Tremenda Nota.
En una escueta información, el Ministerio del Interior (Minint) explicó dos días después del hallazgo que priorizaba “la investigación de un hecho de asesinato por el que resultó occisa una estudiante que cursaba el cuarto año de la carrera de Medicina”, sin mencionar el nombre de la joven asesinada.
Hasta la fecha no han aparecido más detallesdel caso en los sitios digitales, versión escrita o la radio local del centro de la isla.
La agencia española Efe dio cuenta del caso, y en una reseña de la información del Minint, se aventuró a señalar: "Se espera que la divulgación mediática de los detalles del caso genere una fuerte expectación y un seguimiento masivo en la sociedad cubana, como ocurrió con el feminicidio de Leidy Maura Pacheco, una joven de 18 años violada y asesinada por tres hombres en septiembre de 2017 en la provincia de Cienfuegos (centro-sur)".
Excepto Tremenda Nota, dirigida por el periodista Maykel González Vivero, el grueso de la información se conoció por las redes sociales, principalmente en Facebook.
El Código Penal cubano no comprende el delito de "feminicidio", sanciona de quince a treinta años de cárcel o pena de muerte al que mate a otro "al obrar por impulsos sádicos o de brutal perversidad", aunque el castigo capital no se aplica por una moratoria existente desde el año 2003.
El caso de García Lugo vino luego de Taimara Gómez, una mujer de 29 años residente en Cárdenas, Matanzas, que fue descuartizada por su esposo a principios de 2017; también la cienfueguera de 18 años Leidy Maura Pacheco Mur fue víctima de algo espeluznante: secuestrada, violada y asesinada por tres hombres en 2017, y la espirituana Yulismeidys María Loyola Fernández, asesinada en 2018 por un hombre que intentó violarla.
El último caso que se conoce es el de Lis Obregón Pérez, de 27 años asesinada por su expareja frente a un círculo infantil en el momento en que fue a dejar a su pequeño hijo.
Como un acto sin precedentes, las autoridades cubanas recogieron a mediados de mayo pasado como “feminicidio” varios casos de cubanas asesinadas.
El primer Informe Nacional sobre la implementación de la Agenda 2030 contiene los datos de que ocurrieron en 2016, 0,99 ‘femicidios’ por 100.000 adolescentes y mujeres cubanas de 15 y más años.
Un reporte la agencia IPS indica que en ‘femicidios’, “el número de muertes ocasionadas por su pareja o expareja han disminuido entre 2013 y 2016 en un 33 por ciento”, citando un texto presentado en abril durante la tercera reunión del Foro de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible.
Hasta el momento la investigación más exhaustiva dentro de Cuba la hizo tremenda Nota, con una cronología firmada y publicada el 4 de abril por el periodista Carlos Alejandro Rodríguez Martínez.
“El sábado 30 de marzo, abriéndose la mañana, Leydi Laura García Lugo –21 años, estudiante de cuarto año de Medicina en la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara–, concluyó “su servicio de guardia rotativo, en el hospital ginecobstétrico Mariana Grajales de Santa Clara”, según especifica una nota del Ministerio del Interior (Minint) publicada en los medios locales.
Poco después Leydi Laura se habría lanzado a la «botella» para llegar hasta su casa, en el poblado de Esperanza (Ranchuelo, Villa Clara), donde su familia la esperaba. En la comunidad de Los Trompos, Carretera Central, banda a Santo Domingo, Leydi Laura haría señas, intentaría detener algún carro que la adelantara hasta su destino.
Magda, su madre, la llama, conversan, quizás se asegura de que Leydi Laura va a casa y que, siendo la hora que es, va a llegar antes del mediodía. Al contrario, Leydi Laura no llega. Magda intenta comunicarse, otra vez, con su hija. Su hija no responde. No hay nadie al otro lado: la voz de la operadora de Etecsa asegura que el teléfono móvil «está apagado o fuera del área de cobertura».
"Leydi Laura desaparece”, concluye la publicación.