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Se desploma la industria automotriz venezolana


La crisis de producción y oferta de vehículos ha ocasionado que los concesionarios venezolanos de las distintas marcas se encuentren vacíos o con contadas unidades disponibles

La producción de vehículos en Venezuela se vino abajo en el primer semestre de 2014 con una caída que supera 83% en relación con el mismo período de 2013, informó este martes la Cámara Automotriz Venezolana en su reporte.

Al cierre de los primeros seis meses del año, la producción acumulada fue de apenas 6.161 vehículos, contra los 36.919 que se produjeron en el mismo período de 2013, lo que se traduce en desplome de 83,31%, según las cifras de la Cámara.

Con estos números, la industria automotriz venezolana enfrenta su peor año al ensamblar apenas una sexta parte de lo que producía el año pasado, con tres de las siete plantas (Chrysler, Iveco y Mack) paralizadas y otras dos (Ford y General Motors) en franca caída de su producción intermensual por la falta de insumos importados en medio de una sequía de divisas que aqueja a la economía venezolana desde 2013.

En Venezuela rige desde 2003 una férreo control de cambios que obliga al sector privado a solicitar al gobierno a precio oficial los dólares que requiere para operar.

Sólo dos de las siete ensambladoras presentes en el país lograron elevar tímidamente sus números en junio: Toyota, que alcanzó los 100 autos ensamblados luego de tres meses de indicadores en cero, y MMC Automotriz, que pasó de 300 a 432 en su variación intermensual.

El gobierno de Nicolás Maduro ha sostenido diversas reuniones con representantes locales de las productoras automotrices en Venezuela en un intento por resolver una deuda calculada en casi 2.800 millones de dólares debido a los retrasos para liquidar divisas al sector.

La crisis de producción y oferta de vehículos ha ocasionado que los concesionarios venezolanos de las distintas marcas se encuentren vacíos o con contadas unidades disponibles, a las que los compradores sólo pueden acceder luego de anotarse en kilométricas listas que los hacen esperar hasta un año para comprar un carro nuevo.

Otros optan por el mercado de segunda mano, donde los vehículos usados son más costosos que los nuevos, cuyos precios están regulados por el gobierno.

Para los trabajadores de este sector -que genera 11.000 empleos directos de acuerdo con datos de la Federación Unitaria de los Trabajadores Automotrices, Autopartes y Conexos- se cierne la incertidumbre sobre el inicio de una oleada de despidos masivos.

Hasta el momento, las medidas tomadas por el gobierno, como permitir que el sector automotor participe en subastas del Banco Central en las que se ofertan hasta 220 millones de dólares, lucen insuficientes ante la magnitud de la deuda en divisas no liquidadas.

Datos del Ejecutivo venezolano revelan que el sector automotor ha recibido en este año 1% de las divisas que requiere para importar en momentos en que los venezolanos padecen una inflación anualizada que supera 60% y que el Banco Central reporta índices de escasez de 50% en medicinas y 29,4% en alimentos para el mes de marzo.

Distintos analistas estiman que el gobierno venezolano adeuda al sector privado unos 14.000 millones de dólares, entre ellos a importadores de medicinas, alimentos, insumos industriales y empresas de servicios.

Otro sector duramente golpeado por la sequía de dólares en Venezuela es la aviación, con una deuda por parte del gobierno estimada en unos 4.000 millones de dólares, lo que ha llevado a aerolíneas internacionales a salir del país, como Air Canada y Alitalia, mientras que otras han reducido drásticamente sus vuelos.

Venezuela cuenta con las mayores reservas petroleras del mundo y tiene en la renta petrolera su principal fuente de ingresos, pero importa la mayor parte de los alimentos y productos que consume.

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