“La problemática de ustedes se va a canalizar”, le dijo el agente de la Seguridad del Estado a Yoelis Romero, un cubano que hace tres años vive en un barrio de Nuevitas donde no hay servicio eléctrico desde hace más de una década. “Pero vamos a centrarnos ahora en este individuo que estuvo en tu casa, que no es periodista y se presentó en tu casa como periodista”.
El agente se refería a Ricardo Fernández Izaguirre, periodista independiente que colabora con La Hora de Cuba y con el diario digital 14ymedio. Desde Camagüey, Fernández Izaguirre denunció en entrevista con la reportera de Radio Martí, Yolanda Huerga, que la policía política estaría fabricando un caso judicial en su contra para procesarlo.
“Un caso por usurpación de funciones públicas, que es el Artículo 149 del Código Penal”, declaró el periodista independiente. “Ellos buscan testigos dentro de una comunidad que lleva más de diez años sin corriente [eléctrica], y que nosotros hicimos visible. A cada uno de los entrevistados los presionaron para que dijeran que yo me había presentado como periodista de la televisión nacional, cosa que es totalmente falsa”.
Lo que no sabían los agentes de la Seguridad del Estado, una mujer de uniforme y un hombre vestido de civil, es que cuando visitaron a uno de esos vecinos, su interrogatorio quedaría grabado como constancia del atropello. Y que ese vecino, Yoelis Romero, lejos de callar y ceder ante ellos, les daría una lección.
Romero: “En realidad no me dijo que era periodista, él no me dijo así.
Agente de civil: “¿Como qué se presentó él?
Romero: “El vino y me dijo simplemente: mira, yo quiero saber, no me dijo ‘Yo soy periodista’, no, no. Me dijo: yo quiero saber que problemas tú tienes aquí, normal. Me senté a conversar como me siento a conversar con cualquiera.
Agente en uniforme: “¿No te asaltó la duda de que quién era él para preocuparse por ti?”
Después de este diálogo, el periodista independiente aparece en el video de La Hora de Cuba con una observación de rigor.
“La agente de la Seguridad del Estado se extraña porque Yoelis confió en mí a pesar de que yo no me había identificado”, subraya Fernández Izaguirre. “Sin embargo, ella misma y su compañero nunca se identificaron, no dieron ni sus grados, ni dieron el lugar donde viven, ni dieron sus nombres”.
Pero el cultivo de la desconfianza y del recelo no dio resultado.
“Hay veces que uno en realidad tiene un problema, y uno lo que necesita es conversar con alguien para ver como tú sales, porque tú no sabes por qué vía vas a salir”, dijo. “Estamos aquí muy solos, atascados, y con las personas que hemos conversado, que pensábamos que podían darnos una respuesta, lo que hicieron fue darnos la espalda”.
El diálogo completo consta en la grabación publicada por La Hora de Cuba.
“Me preguntó qué tiempo hacía que estábamos viviendo aquí, la atención que nos habían dado, si alguien nos había visitado, como en realidad le dije que es verdad: nadie nos ha visitado, aquí a nadie le ha preocupado si nosotros trabajamos, si no trabajamos, si comemos, de qué viven, si tenemos hijos, dónde usted duerme, eso fue lo que le dije, […] se lo estoy repitiendo a usted”, declaró Romero en la conversación con los agentes represivos.
A cada paso, el hombre ilustraba a sus interrogadores sobre la realidad que estaban pasando por alto.
“A nadie le preocupa mira, si hay niños, cómo duermen esos niños para ir a la escuela al otro día; simplemente nos dicen que estamos ilegales, y que por eso no nos van a poner corriente; así mismo me lo dijeron”, manifestó Romero. “¿Por qué razón si yo he preguntado varias veces me dicen: no, no, tú estás ilegal? ¿Cómo que ilegal yo aquí en mi país? Eso no lo entiendo”.
Así los puso al tanto de la indolencia reinante hasta el momento, precisamente, en que el periodista independiente se hizo eco de los problemas.
“El delegado que está ahí, ahí en esa cerquita, nunca se ha parado [aquí], jamás. Mi niño no lo puedo tener aquí”, les contó. “Esa muchachita de allí, tiene problemas graves esa niña, y es profesional en educación, y está viviendo así”.
Fernández Izaguirre estuvo nueve días detenido en julio por visitar la casa de la líder de las Damas de Blanco Berta Soler, y le entregaron una carta de advertencia que lo acusaba de “estancia ilegal” en La Habana, pero no la firmó por arbitraria, reporta 14ymedio. Tuvo que mostrar un pasaje de ómnibus a Pinar del Rio para que no lo encausaran.
Mientras estaba bajo arresto, la Sociedad Interamericana de Prensa envió una carta al ministro del Interior de Cuba, el vicealmirante Julio César Gandarilla Bermejo, exigiendo la liberación inmediata del periodista independiente.
Lo curioso es que ha sido el trabajo de Fernández Izaguirre y de La Hora de Cuba lo que rompió la inercia en el caso de los vecinos sin servicio eléctrico en Nuevitas. El sábado fueron convocados a una reunión con funcionarios del gobierno, que les prometieron resolver el problema.