La congresista Ileana Ros-Lehtinen, presidente del Subcomité del Medio Oriente y África del Norte, dijo que el proceder brutal de personas afiliadas al régimen de los Castro que golpearon a varios activistas cubanos pro democracia y a ciudadanos americanos durante una manifestación pacífica en Panamá es un recordatorio de la verdadera naturaleza del régimen cubano.
"El ataque de los esbirros del régimen cubano a los manifestantes pacíficos pro-democracia y ciudadanos americanos en Panamá es sólo otro recordatorio de la brutalidad de los hermanos Castro y sus facilitadores. Bajo la sombra de la Cumbre de las Américas, estos opresores en serie no pueden resistir el impulso de golpear hombres y mujeres inocentes por practicar su derecho a la libertad de expresión.
Urjo a las autoridades panameñas a que provean la seguridad necesaria para la protección de los miembros de la sociedad civil atendiendo la Cumbre de las Américas y que investigue este asunto de inmediato para responsabilizar a los esbirros del régimen de los Castro que perpetraron este violento ataque contra ciudadanos cubanos y americanos.
Tras la llegada del presidente Obama en Panamá esta semana, él no debe hacerse de la vista gorda al ver a ciudadanos americanos sentir la violencia de los Castro y la falta de respeto a los derechos humanos de La Habana. Este acto violento debe ser una llamada a la administración Obama sobre que sus políticas erróneas sólo están animando al régimen de los Castro a continuar sus prácticas opresivas sin disminución."
Por su parte, el congresista Mario Diaz-Balart dijo que el régimen de Castro volvió a demostrar que es la misma dictadura violenta y terrorista que siempre ha sido, ya que continúa exportando violencia y agresión a cualquier lugar donde se encuentren los activistas por la libertad.
En un acto despreciable de violencia, agentes de Castro atacaron brutalmente a los ciudadanos estadounidenses Orlando Gutiérrez, Silvia Iriondo y Gus Monge, que acompañaban a los activistas pro-democracia Jorge Luis García Pérez (Antúnez), Yris Pérez Aguilera, Juan Carlos González Leyva, Leticia Ramos Herrería, Rolando Rodríguez Lobaina y otros en Panamá para una cumbre de la sociedad civil.
El congresista condenó "firmemente este acto de violencia en contra de los ciudadanos estadounidenses y los activistas pro-democracia en Panamá. Exijo que Panamá responsabilice a estos verdugos por los delitos cometidos en su territorio y espero que el presidente Obama haga lo mismo. Semejantes actos de violencia no pueden quedar impunes. En lugar de estrecharle la mano al dictador de Cuba en la Cumbre, el presidente Obama debe ponerse del lado de los defensores de la libertad y exigir públicamente el cese inmediato de la represión violenta hacia pueblo cubano", concluyó el congresista.
El senador Marco Rubio declaró que no hace mucho tiempo, cuando los líderes del Hemisferio Occidental se reunían en la Cumbre de las Américas, el único precio de la entrada era ser los representantes debidamente elegidos de las naciones democráticas.
Sin embargo, continuó Rubio, en las últimas Cumbres, esta exigencia democrática ha cambiado y se ha visto asistir a los líderes latinoamericanos que llegaron al poder por ganar las elecciones y luego se convirtieron en gobernantes autoritarios que han debilitado las instituciones democráticas, apoderándose de los medios de comunicación, arrestando o intimidando a los opositores políticos.
Para el Senador, la participación de Raúl Castro es inadmisible pues su presencia "socava el futuro de la democracia en la región".
"Ya hemos visto evidencia de ello en la Cumbre. Este fin de semana pasado, los miembros de la sociedad civil de Cuba fueron sometidos por las autoridades panameñas a cuestionables detenciones, allanamientos y amenazas. Luego, el miércoles por la tarde, un grupo de líderes disidentes cubanos y ciudadanos estadounidenses fueron atacados en la ciudad de Panamá por agentes del régimen de Castro. Las autoridades panameñas detuvieron a los disidentes atacados mientras que dejó en libertad a los que atacaron. Es difícil imaginar un comienzo más repugnante para esta cumbre".
Apuntó el Senador que "se trata al final de la Cumbre de las Américas del presidente Obama, después de seis años de descuidar la región en detrimento de nuestros intereses y nuestras alianzas. Cuando se ha pronunciado, el Presidente lo ha hecho tímidamente (como en Venezuela) o ingenuamente (como en Cuba). Más a menudo, sin embargo, no ha actuado en absoluto, dejando a nuestros aliados abandonados y a nuestros enemigos y adversarios envalentonados y seguros, ya hemos visto de los esfuerzos nulos por oponerse a Irán, Corea del Norte, Rusia y China, entre otros países.
Cuando deje el cargo en enero de 2017, el presidente Obama dejará a su sucesor con muchos agujeros para arreglar en los frentes nacionales e internacionales. En lo alto de esa lista de prioridades será Latinoamérica. Estados Unidos simplemente no puede permitir décadas de progreso en la construcción de naciones democráticas, más seguras y más prósperas sucumbir al creciente autoritarismo y narco-terrorismo en la región".
