Tres altos funcionarios de seguridad del Congreso de los Estados Unidos han perdido sus trabajos debido a los mortales incidentes en el Capitolio, y en la madrugada del viernes se dio a conocer que uno de los policías lesionados falleció.
El jefe de policía del Capitolio, Steven Sund, dijo que va renunciar el 16 de enero, cuatro días antes de la inauguración del presidente electo Joe Biden.
Michael Stenger, el “Sergeant-at-Arms” del Senado, o sea el encargado de seguridad de la Cámara Alta, había dicho que no entregaría su renuncia, pero el líder la mayoría en el Senado, el republicano Mitch McConnell, confirmó que pidió y obtuvo la renuncia del hombre, informó la revista Politico.
En la Cámara de Representantes, la líder demócrata de la mayoría, Nancy Pelosi, dijo que el “Sergeant-at-Arms” Paul Irving va renunciar.
En total, 5 personas murieron y unas 14 resultaron lesionadas. El policía que falleció era Brian D. Sicknick.
Legisladores federales han expresado consternación por la poca eficacia y la lentitud de las autoridades policiales federales durante el asalto al Capitolio.
"¿Cómo hizo la policía para fracasar tan miserablemente?" preguntó el senador republicano de Carolina del Sur, Lindsey Graham, quien fue un aliado del presidente Donald Trump en los últimos años.
"Pudimos haber muerto", dijo el legislador al describir su shock por las acciones, o ausencia de acciones, de las autoridades a cargo de la seguridad.
Los policías locales, de la ciudad de Washington, DC, se ocuparon de tomar control del complejo. "Venimos a salvar la democracia", dijo uno de los agentes.
El exsecretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush, Michael Chertoff, dijo que hubo muchos errores, y que con solo leer el diario unos días antes del 6 de enero era evidente que iba a ser necesario tomar ciertas medidas de seguridad, informó el diario The Washington Post.
“Los manifestantes estaban anunciando sus planes (en la internet). 'Va haber rebeldía. Traigan sus armas'. No necesitas una investigación del FBI para saber lo que iba a pasar. Solo había que saber leer”, lamentó Chertoff.