De visita en Buenos Aires, Reinaldo Escobar, esposo de Yoani Sánchez, concedió a LA NACION una estrevista en la que asegura que no quiere volver a vivir "una revolución triunfante".
Según explicó al periódico, “la apertura hay que dividirla en dos. Por un lado hay un cambio económico en la dirección correcta, pero no con la velocidad ni la profundidad necesaria. La asignatura pendiente es la parte política. En Cuba no hay ni la más mínima intención de descriminalizar la disidencia política y lo único que ha cambiado es el estilo de mando. Ya no está Fidel, sino su hermano, y en lugar de arrestar a la gente y dejarlos en prisión 20 años, los detienen por períodos más breves, pero con mayor frecuencia. Es un sistema perverso porque como la policía tiene derecho a retener a un ciudadano por períodos breves para investigar, esa detención ni siquiera se puede denunciar”.
Ante la pregunta de por qué cree que Raúl Castro modificó la política migratoria, Escobar se muestra sorprendido. “A Yoani durante años le negaron el permiso de salida. Creo que es la medida política más audaz que tomó Raúl Castro porque gracias a eso la inmensa mayoría de los opositores han podido salir de Cuba y eso permitió que se conozca en el exterior una cara diferente del país. Por otra parte, la gente que salió pasó por un proceso de aprendizaje, pudo conocer los valores y las limitaciones de las democracias vigentes. Una de las razones por las que creo que se adoptó este cambio fue porque Cuba está tratando de insertarse en América latina y el hecho de que mantuviera restricciones tan violentas desentonaba demasiado con el contexto regional”.
A propósito de Hugo Chávez, Escobar sostiene que su muerte “les dio a los cubanos la perspectiva de que la situación de Venezuela manteniendo a Cuba no va a durar tanto como se esperaba. Chávez era una potencia, un fenómeno de la naturaleza, y su presencia hacía suponer que íbamos a tener revolución cubana por mucho tiempo”.
El embargo estadounidense, dice el periodista, “para lo único que sirve es para justificar todos los fracasos económicos del gobierno cubano. Por otra parte, bajo la consigna de que en una plaza sitiada la disidencia es traición, cualquier persona que denuncie la violación de derechos humanos es tomada como traidora a la patria porque es considerada alguien que favorece los argumentos estadounidenses para mantener el bloqueo. Cuando desaparezca el bloqueo, la falta de libertad va a ser menos explicable”.
Por último, Escobar asegura que tuvo que enfrentarse a sí mismo para poder explicarse por qué escribía esos artículos triunfalistas “de mi etapa de periodista oficial.