Desde que tiene en sus manos la jefatura de Cuba, el general de ejército Raúl Castro ha estado en Rusia tres veces: En 2009, 2012 y ahora en el 2015. Hubieran sido cuatro visitas de no haber declinado la invitación que le hiciera en su momento el presidente Medvedev para que asistiera a las Olimpiadas de Sochi en febrero del 2014.
La agenda de trabajo en esta ocasión estaba completa: Reunión con el presidente Vladimir Putin, con el premier Dmitri Medvedev y el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril. Al ser Castro uno de los primeros mandatarios que llegara a Moscú, tuvo ventaja en el protocolo sobre los otros mandatarios asistentes al desfile del 9 de mayo, cuando los rusos celebran la victoria sobre la Alemania nazi.
Arriba a la capital rusa el martes 5 de mayo, procedente de Argelia. La primera visita fue al premier y expresidente Dmitri Medvedev el miércoles 6 de mayo. Varios ministros rusos estuvieron presentes para repasar acuerdos que ya había presentado el vicepremier cubano Ricardo Cabrisas, quien estuvo a finales de abril toda una semana en Rusia. La nueva técnica y la cantidad de carros de combates, helicópteros y aviones que desfilarían por la Plaza Roja fue tema de conversación. Ya semanas antes los rusos habían prometido a los cubanos renovar su arsenal militar.
La prensa rusa calificó el encuentro con Putin como tranquilizador, de cara al restablecimiento de las relaciones entre La Habana y Washington. De nuevo juramentos de amistad, colaboración y cooperación estratégica. Abrazos y apretones de manos de Putin con toda la delegación cubana fueron las imágenes del encuentro.
La prensa rusa calificó el encuentro con Putin como tranquilizador, de cara al restablecimiento de las relaciones entre La Habana y Washington
Para el viernes 8 se tenía pautada la reunión de Castro con el jerarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa en los aposentos del patriarcado en el Kremlin. El patriarca moscovita, quien había visitado Cuba en el 2009 para la inauguración de la Catedral de Kazan en La Habana, aceptó la invitación de Castro para una futura visita eclesial a Cuba. Fue generoso con los cubanos al decir que miles de ellos combatieron en la II Guerra Mundial. La propaganda en Cuba, solo menciona a tres jóvenes cubanos (los hermanos Jorge y Aldo Vivó Laurent y Enrique Villar), de padres comunistas y enviados por estos a la URSS antes de comenzar el conflicto bélico.
Durante el desfile en la Plaza Roja, que duró una hora y 20 minutos, el asiento de Raúl Castro estaba a la izquierda del presidente de Mongolia Tsakhiagiin Elbegdorj y a la derecha del presidente del parlamento norcoreano. El traductor de ruso lo tenía a sus espaldas, quien le iba describiendo los nuevos tipos de tanques y aviones que desfilaron; una hilera más arriba en las gradas le cuidaba el nieto.
De Moscú salió a Roma, para reunirse con el papa Francisco. Una reunión que calificó como la más importante de las que ha realizado. A tal punto que promete rezar e ir a la Iglesia si el Papa mantiene la política que ha llevado en el Vaticano desde que asumió la silla de San Pedro.
Es la primera ocasión que un gobernante en menos de 48 horas se reúne con los dos jerarcas de esas dos iglesias, haciendo el viaje de Moscú (la tercera Roma) al Vaticano. La prensa rusa dijo que habría algo muy espiritual en el visitante cubano, pues todavía el Papa romano no ha visitado Moscú ni el Patriarca moscovita visitado la Santa Sede.