A pesar de las prohibiciones y el acoso del régimen castrista contra quienes sintonizaban Radio Martí, los oyentes se las ingeniaron para hacerse del espacio que les agradara de esta emisora: La música rock que era un estigma en la isla, los comentarios deportivos, análisis de la realidad política y la defensa de los Derechos Humanos. Radio Martí se escuchaba desde los inicios como una emisora más, al margen de la demonización que le imponía el aparato de propaganda en La Habana.
Martinoticias, a través del programa Contacto Cuba conversó con oyentes que estuvieron atentos a la primera transmisión y activistas de Derechos Humanos que iniciaron su vida en la oposición cuando la salida al aire que celebramos hoy, 30 años después de aquel 20 de mayo de 1985.
Alex Rodríguez, ahora residente en Jacksonville (Florida), cree que la transmisión de radionovelas como Esmeralda, Lucecita o El derecho de nacer obligó a los realizadores y funcionarios del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) a subir la calidad de sus producciones, darle un giro a sus obras. "Una cosa muy positiva que hizo Radio Martí en esos tiempos es que le imprimió calidad a Radio Progreso (emisora oficial en Cuba) porque tuvo que competir, ya que ponían los dramatizados aquellos del realismo socialista y, entonces, tuvieron que reforzar su programación y poner desde las 11:00 del día programas que no hablaran tanto de que si el obrero, si cumplió en la fábrica, etc.", afirmó.
Aunque empezó escuchando la programación de la Voz de América, rápido se pegó a la oferta de Radio Martí. "Yo escuché siempre Radio Martí por AM, a pesar del ruido que ponían, y lo que más recuerdo es a las amas de casa ávidas de novela", indicó.
La bloguera independiente Rebeca Monzó, desde La Habana comentó en una publicación de Facebook cómo escuchar la emisora le ayudó a comprender la realidad cubana. "Me considero de las pioneras oyentes de Radio Martí, a eso debo en parte, el ser hoy una bloguera independiente. Era la única manera de enterarme de las verdades. Hoy día se me dificulta mucho oírlo, debido a la fuerte interferencia pero, gracias a Dios, tengo acceso a internet dos veces por semana. Algo es algo!", señaló.
En un post en esta red social la activista Sandra Guerra agradeció: "Aunque hace 7 meses no los escucho, bendiciones para todos los locutores, en especial las muchachas de con 'Voz propia'. Saludos de Sandra Guerra, oyente desde Melena del Sur, ya en Atlanta, Georgia".
El expreso político y fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Antonio Díaz Sánchez asegura que usó un contrasentido para escuchar la emisora. "Recuerdo que iba el 20 de mayo del 85 para mi empleo y compré un periódico Granma y anunciaban que había salido al aire Radio Martí y que el Gobierno cubano paralizaba las deportaciones (se refiere a los llamados excluibles que cumplían prisión en Estados Unidos y retornaban a Cuba) y el convenio migratorio; y recuerdo que viré para mi casa a escuchar Radio Martí, porque si ellos le daban tanta importancia... Y desde ese día me volví un oyente fiel de Radio Martí", afirmó Díaz Sánchez.
El también miembro del Consejo Coordinador del MCL, habló de su experiencia, escuchando la emisora en prisión. "Hasta en la prisión Radio Martí logró romper las rejas, porque en ocasiones lográbamos tener algún radio que podíamos pasar discretamente y nos manteníamos informados, como el pueblo de Cuba, por Radio Martí", concluyó.
Martha Beatriz Roque Cabello esperaba el pasado martes un ómnibus en La Habana, una tarea difícil, e hizo un aparte para hablar con el programa Contacto Cuba, con el colega Jorge Ignacio Pérez y quien redacta estas notas sobre el hecho de que a la dictadura le moleste que la emisora lleve el nombre del apóstol de la independencia cubana.
"El régimen cubano piensa que Martí es (su) propiedad privada, y no permite que nada relacionado con Martí se lleve a cabo, bueno, ahí tienes recientemente lo que ocurrió en Panamá. Es algo de lo que no podríamos nosotros prescindir, sobre todo para poder conocer la realidad del mundo", señaló Roque Cabello.
Desde Santiago de Cuba el exprisionero de la Primavera Negra de 2003 José Daniel Ferrer García relató cómo, con solo 17 años, era una de las únicas dos personas que en ese entonces tenía un radio y escuchaba esa emisora en el pequeño pueblo de Manganeso, en el municipio de San Luis.
"Junto con un señor del barrio le dábamos seguimiento a la programación. Éramos los dos únicos oyentes de Radio Martí en aquel barrio de pocas familias, y de pocos radios también, por cierto".
José Daniel agradece a los periodistas José Luis Ramos y Amado Gil, del programa Las Noticias como Son: "Desde ahí participé muchísimo, y me abordaban gente en la calle para decirme 'te oí', y me lo decían muy bajito, por temor a que alguien escuchara aquellas palabras", refiere.
Ferrer fue condenado a una de las penas más altas en aquella causa, 25 años de prisión. Y asegura que su intención fue siempre mantenerse informado, aun en las mazmorras en las que lo encerraron. "Me dije: Tengo que buscar alguien que grabe mis comentarios, y que los pasen a Radio Martí", y así lo hizo. Ferrer agradeció al activista Guillermo Llanos Ricardo, hoy en el exilio en Siracuse, y al abogado invidente Juan Carlos G. Leiva.