Las autoridades de la Prisión de Mujeres de Occidente, ubicada en El Guatao, La Lisa, confirmaron que las presas políticas, Lizandra Góngora Espinosa y las hermanas Angélica y María Cristina Garrido Rodríguez, que anunciaron esta semana una huelga de hambre, se encuentran en celdas de castigo, aisladas por violar el reglamento del penal.
“Se encuentran en celda de castigo. Mandé a un familiar a averiguar con la jefa de la penitenciaría y se encuentran, efectivamente, en la celda de castigo porque rehúsan usar uniforme de presas comunes y recibir alimentos del penal”, ratificó Luis Rodríguez, esposo de Angélica.
"Nos negamos a usar el uniforme y estaremos en huelga de hambre", anunciaron las tres prisioneras en una carta divulgada en la mañana del pasado martes.
"Exigimos nuestra libertad y si de nuestra decisión dependiera nuestra vida, debido a la mala salud que las tres presentamos, toda la justicia caerá sobre nuestros opresores", escribieron en la misiva escrita desde la mayor cárcel de mujeres de Cuba.
Góngora Espinosa, cumple 14 años de condena por su participación en las protestas populares en Güira de Melena, provincia de Artemisa, y las hermanas María Cristina y Angélica Garrido, fueron condenadas a siete y tres años de prisión por participar en las protestas en Quivicán, Mayabeque.
Según el esposo de Angélica Garrido, el aislamiento de reclusos en celdas de castigo “lleva un protocolo de máximo diez días en la celda de castigo” pero, en la situación específica de las tres mujeres, el agravante es que las tres "están enfermas”.
Lizandra tiene padecimientos relacionados con diabetes y "no puede faltarle la alimentación" y Angélica aún está en recuperación producto de una parálisis parcial sufrida en la misma cárcel, agregó Rodríguez.
Sobre su esposa explicó que como fue condenada a tres años, ya procedería otorgarle la libertad condicional.
"Casualmente, llegaron hoy los papeles de la sentencia, que no habían bajado […] que ya es oficial en el penal”, aseguró.
De acuerdo con Rodríguez, es la directiva del centro penitenciario la que se encarga de aplicar los pasos pertinentes para conceder la libertad condicional de los reclusos.
“Ellos proceden, según el Código Penal, a dar los beneficios para poder aplicar a rebajas, a campamentos o a libertad condicional, dependiendo del caso, no sé si ella (Angélica) estaría de acuerdo con ir a un campamento, o no, pero bueno…”, argumentó.
Todo parece indicar, explica Luis, que a su esposa le afectó que no se le hubieran respetado esos derechos y “la presión psíquica, provocó el estrés que le produjo el ictus”, concluyó Rodríguez.
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