El presidente brasileño, Michel Temer, llegó hoy a Moscú en una visita de dos días en la que se reunirá con su homólogo ruso, Vladímir Putin, e intentará atraer inversiones en áreas de energía y medio ambiente.
El encuentro entre Temer y Putin se celebrará mañana, miércoles, confirmaron en el Kremlin. Ese mismo día el jefe del Estado brasileño se reunirá también con el primer ministro ruso, Dmitri Medvédev.
Según una nota oficial, los dirigentes de Rusia y Brasil centrarán su reunión en la diversificación y el desarrollo de la cooperación económico-comercial entre ambos países. También se prevé la discusión de la colaboración cultural e humanitaria, así como la firma de una serie de acuerdos bilaterales
al término de las conversaciones. "Además, (los presidentes) intercambiarán puntos de vista sobre los principales temas de la actualidad regional e internacional", concluye el comunicado.
Temer llega a Rusia en medio de una grave crisis política que vive su país tras la decisión de la Corte Suprema de abrirle una investigación por corrupción, asociación para delinquir y obstrucción a la justicia.
El jefe de Estado justificó su viaje pese a la crisis interna por la necesidad de buscar inversiones que ayuden a Brasil a superar la grave recesión que sufrió en los dos últimos años y que ha comenzado a superar en 2017.
El mandatario brasileño pretende aprovechar su visita a Rusia, y el posterior viaje a Noruega, para reafirmar su compromiso con las reformas que impulsa para sanear las deficitarias cuentas públicas brasileñas, flexibilizar los regímenes laboral y de pensiones e incentivar la inversión.
En Moscú, además de Putin y Medvédev, Temer mantendrá reuniones con la presidente del Consejo de la Federación rusa, Valentina Matvienko y con el presidente de la Duma de Estado, Vyacheslav Volodin.
En septiembre de 2015, en calidad de vicepresidente de Brasil, Temer ya visitó Moscú, donde junto con el primer ministro ruso presidió la séptima sesión de la Comisión Intergubernamental Rusia-Brasil.
EFE