El secretario de Estado de Estados Unidos Mike Pompeo visitó Guyana el viernes en busca de afianzar lazos con el país sudamericano.
En su breve visita, Pompeo y el presidente Irfaan Ali firmaron acuerdos para fortalecer las inversiones estadounidenses y la cooperación bilateral en energía e infraestructura, al tiempo que prometieron profundizar la cooperación en seguridad marítima y contra el tráfico de drogas.
Pompeo elogió el respaldo de Ali al Grupo de Lima, un organismo regional de naciones aliadas con Washington que ha propugnado por una solución diplomática a la crisis en Venezuela.
El nuevo presidente de Guyana hizo algunas de sus declaraciones más enérgicas hasta ahora sobre Venezuela. “Nosotros respaldamos la necesidad de elecciones libres y justas en nuestro hemisferio”, dijo Ali. “Con urgencia, creemos que los valores y principios democráticos deben ser respetados también en Venezuela”.
Es la primera visita de este tipo de un funcionario estadounidense de rango tan alto, y resalta la creciente importancia estratégica de Guyana. El país tiene frontera con Venezuela y es ahora un importante productor de petróleo, lo que lo hace un aliado atractivo para expandir la influencia política y económica de Estados Unidos en la región.
El viaje de Pompeo se produce luego de cinco meses de agitación política en Guyana tras una disputada elección en marzo. Ali fue juramentado en agosto tras una larga batalla legal, un recuento de votos ordenado por el tribunal supremo y presiones internacionales para la renuncia del presidente saliente David Granger.
“Estados Unidos está listo para ser su socio”, dijo Pompeo.
Durante una visita rápida a la ciudad brasileña de Boa Vista posteriormente en el día, Pompeo dijo que Estados Unidos está facilitando 348 millones de dólares adicionales a fin de ayudar a los refugiados venezolanos, incluidos 30 millones para los que se encuentran en Brasil, con lo que la contribución total suma más de 1.200 millones de dólares.
“Ellos quieren lo que todos los seres humanos: dignidad. Quieren una Venezuela democrática, pacífica y soberana a la que llamen patria, una donde ellos y sus hijos puedan encontrar empleos y vivir con esa dignidad”, declaró Pompeo al lado del canciller brasileño Ernesto Araújo.
Las escalas en Guayana y Brasil son parte de una gira de tres días por cuatro naciones, todas las cuales rodean a Venezuela, donde el intento del dirigente opositor Juan Guaidó para deponer a Maduro se ve cada vez más débil. El apoyo del gobierno de Trump a Guaidó ha sido una pieza clave de la política estadounidense en la región. Y casi seguramente va a ser centro de atención para miles de votantes hispanos en Florida, donde Trump está en una contienda apretada con el candidato presidencial demócrata Joe Biden.
Desde Caracas, Maduro acusó a Pompeo de emprender una “gira guerrerista” y de tratar de “poner a los gobiernos del continente a organizar una guerra contra Venezuela”.
“Pompeo está llamando a una guerra contra Venezuela, pero ha fracasado”, afirmó el mandatario durante un acto en el oeste de la capital que difundió la televisora estatal.
Sin presentar pruebas, Maduro acusó a Washington y a la oposición venezolana de haber activado planes para “perturbar gravemente la paz” de la nación suramericana, y reiteró el anuncio que realizó la semana pasada sobre la captura en el occidente del país del supuesto espía estadounidense Matthew John Heath, quien fue imputado de los delitos de terrorismo, tráfico ilícito de armas y asociación delictuosa.
“Es muy conspicuo que Pompeo esté visitando a todos los vecinos de Venezuela”, dijo Geoff Ramsey, del centro de estudios Washington Office on Latin America. “La realidad es que estamos en una campaña electoral nacional y esta es una Casa Blanca que ve la política sobre Venezuela como algo inextricablemente ligado a su campaña electoral en Florida”.
(Con información de AP y redes sociales)