La influencia de las noticias falsas en los procesos modernos de las relaciones internacionales está cada vez más entrelazada con los procesos sistémicos de la propia existencia humana y se está convirtiendo en una parte integral de ellos.
La influencia de la conciencia de las masas y el bombeo ideológico a la población se hicieron posibles no sólo por los métodos tradicionales, sino también por los medios técnicos modernos de transmisión de información. Así, ya se ha popularizado la creación de personajes virtuales y bots, héroes ficticios que lideran ciertos procesos e influyen en la opinión pública de la población a través de las redes sociales. El conflicto ucraniano-ruso no es la excepción. Gracias a diversos canales de comunicación y a la transmisión de la información, se difunde contenido informativo falso sobre la invasión rusa a Ucrania hasta los rincones más remotos del planeta.
Los canales de propaganda del Kremlin llevan años tratando de minar la imagen internacional de Ucrania en Sudamérica
Pareciera que a un continente tan lejano para Ucrania como América Latina, llegan las "garras del Kremlin", que lleva varios años destruyendo la imagen internacional de Ucrania, desacreditando la imagen de los ucranianos en sus canales de propaganda con publicaciones falsas. Un ejemplo de ello es el canal de televisión ruso Russia Today, que emite en español Actualidad RT para España, América Latina y Estados Unidos, por más de 10 años y que lidera la emisión de la información “correcta” para convencer a cualquier audiencia, especialmente en los países latinomericanos.
En estas naciones, en particular Brasil y Argentina, se encuentran algunas de las diásporas ucranianas más grandes del mundo, sin embargo, no se ha podido enfrentar la avalancha de desinformación porque no tienen ninguna influencia política. Además, en los últimos casi 10 años, Ucrania ha dejado de estar presente y trabajar en casi toda la región; ha perdido sus intereses y funciones representativas; lo que es un gran error de la diplomacia ucraniana en este sentido.
Desde el inicio de la guerra con Rusia en 2014, Ucrania ha perdido votos y apoyo internacional en el Consejo de Seguridad de la ONU de unos 30 países del continente. Desgraciadamente, nuestra diplomacia se mantiene al margen de esta prometedora dirección de la política exterior.
Alrededor de 1 millón de ucranianos viven en Brasil, donde hay escuelas y sindicatos y las exportaciones de Ucrania aumentaron un 65% en el último año, pero esto no es suficiente. Al mismo tiempo, en la región se están promoviendo activamente narrativas propagandísticas rusas destinadas a desacreditar la imagen de Ucrania como un Estado independiente y soberano.
A pesar de la cantidad de ucranianos residentes en América Latina, la población local conoce lo que acontece en Ucrania por los canales de propaganda rusa como Actualidad RT, que se transmite en la televisión nacional de Argentina.
En otros países de la región, el canal del Kremlin está incluido en los paquetes de televisión por cable y es popular.
En Brasil hay muchas organizaciones que promueven las ideas del "mundo ruso", como Rossotrudnichestvo (Agencia Federal para los Asuntos de Colaboración con la Comunidad de Estados Independientes, Compatriotas en el Extranjero y Cooperación Humanitaria Internacional), Sputnik Brasil, Russkaya Gazeta (Brasil) y en su tiempo Golos Rossii en portugués; también existen grupos y asociaciones de la diáspora rusa y se celebra la campaña "Regimiento Inmortal", en la que se intenta involucrar a veteranos de la Fuerza Expedicionaria Brasileña, que combatieron en la Segunda Guerra Mundial.
En otros países latinoamericanos, con los que Rusia mantiene relaciones amistosas y cálidas, como Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Cuba, no solo se utiliza el factor informativo e ideológico, sino que estos países cuentan con un apoyo serio de Rusia en el ámbito internacional, el suministro de armas y equipos, préstamos baratos, etc.
La Federación de Rusia aplica una política migratoria seria en este sentido, ya que los migrantes suelen desempeñar el papel de contrapropagandistas, en particular entre los militares y los instructores. Participan en diversos mítines, incitan a la población local, etc.
Brasil, que durante mucho tiempo mantuvo fuertes relaciones con Rusia durante el período en que las fuerzas de izquierda estaban en el poder, cambió su táctica con la llegada al poder del radical y conservador de derecha Jair Bolsonaro.
Un incidente ocurrido a principios de junio del 2020, durante una manifestación de apoyo al presidente Bolsonaro en Brasil demostró una provocación por parte de Rusia. La situación política y económica en Brasil estuvo muy tensa debido a las consecuencias del Covid-19 y a la alta incidencia en el país. La intempestiva introducción de medidas de cuarentena por parte del presidente brasileño provocó una división en las élites políticas e incluso la posible destitución de Bolsonaro. A menudo se realizaban acciones y protestas masivas en el país tanto del gobierno como de la oposición. En una de estas manifestaciones a favor del gobierno, estuvo involucrada en símbolos de países, lo que causó una resonancia y una mala interpretación por parte de los medios rusos en Brasil. Afortunadamente, al menos esta vez hubo una reacción de los círculos oficiales del embajador de Ucrania en Brasil y una refutación de nuestros periodistas en la prensa.
Los periodistas acusaron a un partidario de Bolsonaro que acudió a la manifestación "con símbolos neonazis" en forma de bandera negra, azul y amarilla con un tridente. Qué alegría fue para los medios de comunicación rusos en lengua portuguesa describir este evento, con sus mejores fines propagandísticos, desacreditando no solo los símbolos ucranianos de la estatalidad, sino también presentando la guerra de Rusia en el Donbás como un conflicto puramente ucraniano.
Según el embajador de Ucrania en Brasil, Rostyslav Tronenko, los brasileños a menudo carecen de conocimientos básicos sobre Ucrania. El hecho es que en Brasil, como en la mayoría de los países latinoamericanos, los movimientos de izquierda tienen mucho arraigo.
En el país el presidente representaba a los círculos conservadores de derecha y los funcionarios del gobierno anterior (…) que pasaron a la oposición, trabajaron en su día en estrecha colaboración con las autoridades rusas y ayudan a Rusia con todo su arsenal, para desacreditar la imagen de Ucrania, utilizando clichés soviéticos, llamando a los ucranianos "banderistas y nacionalistas”, que socavan la integridad territorial del Estado ucraniano. Al mismo tiempo, intentaban convencer a los brasileños de que lo mismo podía sucederles de seguir Bolsonaro en el poder.
Muy a menudo en Brasil, los manifestantes utilizaron tradicionalmente las banderas de otros países como Estados Unidos, Israel, España y la bandera azul-amarilla-verde del propio Brasil.
Pero la aparición de la bandera ucraniana con un tridente provocó acusaciones infundadas. La Embajada de Ucrania y el Embajador dieron explicaciones oficiales a nivel del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, departamentos militares y civiles encargados de seguridad y orden público.
A finales de mayo del 2020, se produjeron enfrentamientos entre la policía, el movimiento antifascista unido por la democracia y una columna de aficionados de tres conocidos clubes de fútbol. Los choques entre los hinchas y los partidarios de Bolsonaro fueron provocados por el uso de símbolos de los radicales de derecha europeos, que los fanáticos asociaron con neonazis.
La embajada ucraniana también señaló que los medios locales encontraron a un brasileño sosteniendo banderas ucranianas durante la manifestación. Durante los últimos seis años, el señor ha estado trabajando en Ucrania para una agencia de seguridad, está casado con una ciudadana ucraniana, no tiene ninguna relación con la derecha y rechaza la asociación de símbolos con movimientos radicales de derecha, mientras que los medios rusos lo calificaron de ser un militante de Donetsk y nacionalista ucraniano.
En casi todas las menciones a Ucrania en los medios de comunicación de Brasil, la imagen que se presenta es negativa. Hay acusaciones infundadas que conducen a una ola de publicaciones unilaterales en la prensa, que luego es muy difícil de detener. “Estos son signos clásicos de una guerra de información contra Ucrania", dijo el embajador R. Tronenko.
No podemos ignorar el hecho de que los medios de comunicación rusos distorsionan el contenido informativo para promover la idea de legitimar la anexión de Crimea, invitando a funcionarios brasileños a participar en diversos eventos en la península. La Embajada de Ucrania sigue de cerca esta situación, llevando a cabo una labor explicativa, recordando que las visitas a los territorios temporalmente ocupados por Rusia deben ajustarse estrictamente a la legislación ucraniana. Los socios brasileños comparten plenamente la posición de la parte ucraniana, ya que el derecho internacional forma parte de la legislación nacional brasileña. En cuanto a la propaganda rusa, por desgracia, se está llevando a cabo con toda intención, utilizando información negativa sobre Ucrania, no sólo en Brasil sino también en el extranjero. El objetivo es incitar al odio y la desconfianza hacia Ucrania.
También existe la opinión entre los expertos de que tal política de Rusia, tanto en Brasil como en la región en su conjunto, se originó tras un encuentro en Tokio en octubre de 2019 entre V. Zelensky y Bolsonaro, en el que se alcanzaron acuerdos sobre el contenido específico de la asociación estratégica entre Ucrania y Brasil.
En esa visita de trabajo a Japón, el presidente de Ucrania discutió una serie de temas e iniciativas económicas con su homólogo brasileño. Las partes destacaron la intención de expandir el comercio entre los países y Zelensky señaló: "Brasil es nuestro principal socio comercial en América Latina. Acojo con beneplácito la expansión de la presencia de empresas brasileñas en Ucrania y de empresas ucranianas en Brasil".
La parte ucraniana propuso la reanudación de la comisión gubernamental y discutió las perspectivas de cooperación en la industria espacial, al reiniciar el proyecto espacial conjunto utilizando el cosmódromo de Alcántara. Además, Zelenskyy agradeció a Brasil por su apoyo a la integridad territorial y la soberanía de Ucrania.
Por su parte, Bolsonaro invitó al líder ucraniano a Brasil y, a su vez, accedió a una invitación para visitar Ucrania el próximo año. Sin embargo, todos estos planes no estaban destinados a hacerse realidad debido a la pandemia de coronavirus en el mundo.
Conclusiones
Las opiniones y los puntos de vista se han manipulado en todo momento, pero en el siglo XXI, debido a la aparición de las redes sociales y a los recursos mediáticos internacionales y globales, los principales países del mundo tienen más oportunidades de influir en los diversos procesos políticos.
A menudo, las cuestiones internas pasan a primer plano y dan forma a los procesos de política exterior tanto dentro como fuera del país.
Sin una formación adecuada de la dirección de la política exterior latinoamericana, Ucrania no podrá contrarrestar eficazmente la desinformación rusa destinada a deteriorar su imagen internacional
La cobertura de cualquier acontecimiento importante que tenga lugar en el mundo se ha vuelto muy rápida y eficaz, gracias a los modernos medios de comunicación que permiten hacerlo en línea.
Frecuentemente, esto se hace no sólo a través de canales de televisión oficiales o privados, sino también a través de las redes sociales. Esto crea una falsa sensación de realidad en las comunidades. La política real se ha convertido en mediática, los problemas urgentes se sustituyen por otros ficticios, y el populismo y la sustitución de conceptos se convierten en la norma.
En cuanto a contrarrestar la propaganda rusa sobre Ucrania, cabe señalar que Brasil ya ha celebrado conferencias sobre la agresión rusa contra Ucrania.
Desde 2014, la Comisión de Asuntos Exteriores y Defensa Nacional de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional de Brasil ha aprobado dos documentos oficiales en apoyo de la soberanía y la integridad territorial de Ucrania y ha condenado la agresión rusa.
Brasil sigue siendo el único miembro de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que no vota en contra de las resoluciones ucranianas en la ONU, pero tampoco vota a favor.
En cuanto a otros países de la región, la situación no es tan optimista. Por lo tanto, sin una formación adecuada de la dirección de la política exterior latinoamericana de Ucrania, nuestro país no podrá contrarrestar eficazmente las farsas rusas destinadas a deteriorar la imagen internacional de Ucrania.
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