Esta semana el espectacular arribo en una tabla de surf del inmigrante cubano Elián López Cabrera a las costas de la Florida recuerda, por la referencia obligada del nombre, la locación y lo increíble del viaje, la saga del niño balsero, llamado igual y encontrado a la deriva a tres millas de la costa de Fort Lauderdale, el fin de semana de Acción de Gracias de 1999.
A diferencia de Elián González, que a sus cinco años quedó como único sobreviviente de la travesía en la que perecieron una docena de cubanos, incluida su madre Elizabeth Brotons, y luego de una intensa batalla legal fue devuelto a Cuba, López Cabrera sí se quedará a vivir en los Estados Unidos.
Las autoridades migratorias han permitido al cubano, rescatado a 14 millas de Isla Morada por la Guardia Costera, que permanezca en la Florida donde vive su familia para iniciar los trámites de asilo.
El buzo cubano, según dijeron sus familiares al canal local de Miami América Tevé, es sobreviviente de cáncer.
Su viaje en tabla de surf y vela se inició en Varadero y solo llevaba consigo un GPS y celulares, uno de estos teléfonos le permitió contactar a su esposa cuando se encontró deshidratado y le restaba un tramo de 14 millas para tocar tierra.
Su familia entonces contactó a familiares y amigos en EEUU, quienes alertaron a la Guardia Costera que inició el operativo de rescate.
Hansel Pintos, portavoz de la Guardia Costera de EEUU, citado por el canal Telemundo51, dijo que “lanzaron un avión HC-144, localizaron a la persona. Cuando hallaron a esta persona, ya mostraba que tenía deshidratación. No estaba muy alerta y lo transfirieron a un hospital”.
La Guardia Costera de EEUU ha reiterado en múltiples ocasiones que lanzarse al mar en una embarcación que no está en condiciones de navegar es peligroso y podría resultar en la pérdida de vidas.
