A menos de 24 horas de haber llegado a Estados Unidos, a José Daniel Ferrer Cantillo, hijo del preso político cubano José Daniel Ferrer García, lo embarga el remordimiento y el pesar de no poder decir adiós a su padre, recluido en la penitenciaria de Mar Verde, en Santiago de Cuba.
“No tuve la oportunidad de abrazarlo y decirle cuanto lo quiero y lo admiro”, dijo el joven de 20 años a Radio Televisión Martí desde Austin, en el estado de Texas, a donde llegó este miércoles y residirá, al menos por el momento, con su tía Belkis.
Por poco más de un minuto, Danielito, como le llaman familiares y amigos, visitó a su padre en Mar Verde el pasado lunes, cuando el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) aún se encontraba en huelga de hambre, ayuno al que puso fin en las últimas horas.
Fue una de dos ocasiones en que el muchacho pudo entrar a la prisión, porque se lo habían prohibido.
“Lo vi a través de una pequeña reja, mirando hacia adentro de una celda oscura. Fue un minuto y medio que utilicé para escuchar su situación de la huelga. Me dijo que lo habían golpeado brutalmente hasta el desmayo y dejar el piso de la celda lleno de sangre”, relató.
“No le consulté la decisión de viajar a Estados Unidos, ni pregunté si me daba permiso. No tuve esa oportunidad”, lamentó Danielito.
Después de 12 días, José Daniel Ferrer depuso la huelga.
“Me hace sentir bien y me reconforta, pero no creo que la tristeza y el remordimiento se me vayan”, expresó el hijo del líder opositor.
Su salida de Cuba se manejó con extrema discreción. La noticia emitida originalmente por el reportero Mario Pentón, del Canal 41, en Miami, sorprendió a la prensa y seguidores de situación en Cuba, incluso a miembros de la oposición interna y en el extranjero.
Dos fotos de Daniel, una en el aeropuerto de Santiago de Cuba y otra al arribar a Estados Unidos, aparecieron en las redes sociales.
“Vi a varios agentes de la policía política en el aeropuerto, en Cuba; la foto fue sacada de una de las cámaras de seguridad. Y la de aquí, supongo que fue tomada por alguien que trabaja para ellos”, afirmó el adolescente, que viajó con una visa parole emitida por la Embajada estadounidense en La Habana.
Danielito dijo haber recibido comentarios críticos por haber tomado la decisión de salir definitivamente de Cuba y dejar a su padre en prisión, pero como pensador libre, asegura ser de mente abierta y respetar las opiniones contrarias.
“Desde pequeño estoy en la oposición, he recibido golpizas, me han roto la nariz incontables veces. No he podido estudiar porque no me permitieron entrar a una universidad. Siento remordimiento por haber dejado a mi padre, pero la salida fue la mejor solución para no ir a prisión y poder seguir ayudándolo en todo lo que pueda”, manifestó el adolescente, que en Cuba dejó tres hermanos y otros familiares.
En el convulsionado ambiente de las protestas del 11 de julio de 1021, Daniel fue detenido junto a su padre, y puesto luego en libertad bajo amenazas.
“Estaba pendiente a juicio, y me amenazaron con tres años de prisión, más con 8 años que me habían pedido antes. Mi padre, mi único apoyo, está preso. Además, de esa forma le serviría de nada a mi padre”, comentó.
En Estados Unidos, dice que tiene aspiraciones, sobre todo recuperar el tiempo perdido en cuanto a su superación profesional.
“Mis planes son estudiar, lo que no pude hacer en Cuba. Quisiera ser ingeniero en programación o algo que tenga que ver con la informática”, explicó.
Y en cuanto a Cuba, asegura que, desde el exilio, seguirá la misma lucha que mantuvo junto a su padre y la Unión Patriótica de Cuba.
“Seguiré defendiendo los derechos humanos, reclamando la libertad de mi país, de los presos políticos, de mi padre, en fin, lo mismo que hacía en Cuba, solo que ahora desde aquí”.
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