La opinión de Suecia sobre una posible revisión del Acuerdo de Diálogo Político entre Cuba y la Unión Europea (ADPC) no significa que vaya a concretarse, advirtió este viernes Erick Jennische, director del Programa para América Latina de Civil Rights Defenders.
Una respuesta del ministro sueco Johan Forssell al diputado Björn Söder, que insinúa la posibilidad de revisar el ADPC, ha reavivado la polémica sobre un instrumento que el régimen cubano “no cumple”, en opinión del exilio y la oposición.
“El ministro dice que debería haber una revisión del acuerdo, pero nada más. No dice si él o el gobierno sueco van a tomar esa iniciativa, o cómo se va a hacer esa revisión”, afirmó Jennische en declaraciones a Radio Martí.
Para el activista, el hecho de que Suecia presida actualmente la Unión Europea, “no significa que decida o pueda iniciar este proceso”.
“No será suficiente con Suecia. Hay que exigir a los otros 27 gobiernos de la Unión, para que haya una revisión del acuerdo”, alertó.
Jennische elogió el trabajo de las organizaciones y defensores de los derechos humanos de Cuba que han visitado Suecia en los últimos años, quienes “han exigido del gobierno sueco una política más contundente en relación con Cuba”.
“Han venido acá defensores de todo tipo: activistas, políticos, periodistas, opositores, y todos han tenido un mensaje muy claro de que el acuerdo entre UE-Cuba no ha tenido consecuencias positivas en relación con los derechos humanos en Cuba”, afirmó.
En relación con la próxima presidencia de la Unión Europea, que ocupará España a partir de julio, Erick Jennische recordó que Madrid “es obviamente un actor muy importante en esta discusión, pero no es el único”.
“Si los otros países exigen a España, en un lenguaje más fuerte, que se revise el acuerdo, España lo va a tener que aceptar”, consideró. Citó además el “cambio importante en el lenguaje europeo hacia Cuba, desde el 11J”.
El Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea no contestó a preguntas de Radio Televisión Martí sobre las nuevas consideraciones de Suecia en torno al Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la Bruselas y La Habana.
En el exilio, la Asamblea de la Resistencia Cubana expresó su apoyo al pronunciamiento del Gobierno de Suecia.
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