La impresionante marcha de los insurgentes en Siria cobró velocidad el sábado, con noticias de que habían llegado a los suburbios de la capital, mientras el gobierno se veía obligado a negar rumores de que el presidente, Bashar Assad, había huido del país.
Las acciones de los rebeldes alrededor de Damasco, reportadas por un monitor de guerra de la oposición y un comandante rebelde, ocurrieron después de que el ejército sirio se retirara de gran parte del sur del país, dejando más áreas, entre ellas, dos capitales provinciales, bajo el control de los combatientes de la oposición.
Los avances de la semana anterior se encuentran entre los más grandes que han realizado en años recientes las facciones de la oposición, encabezadas por un grupo que tiene sus orígenes en Al Qaeda y es considerado una organización terrorista por Estados Unidos y Naciones Unidas. A medida que avanzaban, los insurgentes, liderados por el grupo Hayat Tahrir al-Sham o HTS, encontraron poca resistencia del ejército sirio.
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, llamó el sábado a realizar conversaciones urgentes en Ginebra para garantizar una "transición política ordenada". En declaraciones a reporteros en el Foro de Doha, que se realiza cada año en Qatar, dijo que la situación en Siria cambia cada minuto.
En Damasco, la gente se apresuró a abastecerse de suministros. Miles de personas huyeron a la frontera de Siria con Líbano, tratando de salir del país.
En la capital, muchas tiendas estaban cerradas, dijo un residente a The Associated Press, y las que permanecían abiertas se quedaron sin productos básicos, como el azúcar. Algunas tiendas vendían artículos tres veces más caros de lo normal.
"La situación es muy extraña. No estamos acostumbrados a eso", dijo el residente, insistiendo en el anonimato por temor a represalias.
"A la gente le preocupa si habrá una batalla (en Damasco) o no."
Fue la primera vez que las fuerzas de oposición llegaban a las afueras de Damasco desde 2018, cuando las tropas sirias recapturaron el área tras un asedio de varios años.
En medio de los acontecimientos, los medios estatales de Siria negaron los rumores que inundaban las redes sociales, según los cuales Assad había dejado el país, y dijeron que desempeña sus funciones en Damasco.
Rusia, el principal apoyo internacional de Assad, está ocupado con su guerra en Ucrania. El poderoso grupo libanés Hezbollah, que en un momento dado envió a miles de combatientes para respaldar a las fuerzas de Assad, ha sido debilitado por un conflicto con Israel, que ya ha durado un año. Mientras tanto, Irán ha visto cómo sus representantes en la región se han debilitado por los continuos ataques aéreos israelíes.
Pedersen dijo que más tarde se anunciaría una fecha para las conversaciones en Ginebra sobre la implementación de la Resolución 2254 de la ONU. En la resolución, adoptada en 2015, se hacía un llamado a un proceso político liderado por Siria, comenzando con el establecimiento de un órgano de gobierno de transición, seguido por la redacción de una nueva Constitución y finalmente, con elecciones supervisadas por la ONU.
Rami Abdurrahman, que dirige el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un monitor de guerra de la oposición con sede en Reino Unido, dijo que los insurgentes estaban en los suburbios de Maadamiyah, Jaramana y Daraya, en Damasco.
Los combatientes también avanzaban desde el este de Siria hacia el suburbio de Harasta, en Damasco, agregó.
Hassan Abdul-Ghani, comandante de los insurgentes, publicó en la aplicación de mensajería Telegram que las fuerzas de la oposición habían comenzado la "etapa final" de su ofensiva al rodear Damasco.
Mientras tanto, el ejército sirio envió un gran número de refuerzos para defender la ciudad central clave de Homs, la tercera más grande de Siria, mientras los insurgentes se acercaban a sus afueras.
El líder de HTS, Abu Mohammed al-Golani, dijo el jueves, en una entrevista con la televisora CNN desde Siria, que el objetivo de la ofensiva es derrocar al régimen de Assad.
El Observatorio, con sede en Reino Unido, señaló que las tropas sirias se habían retirado de gran parte de las dos provincias en el sur del país y que enviaban refuerzos a Homs, donde se aproxima una batalla. Si los insurgentes capturan Homs, romperían en vínculo entre Damasco, sede del poder de Assad, y la región costera, donde el presidente goza de un gran apoyo.
El ejército sirio explicó el sábado en un comunicado que realizó un repliegue y reposicionamiento en Sweida y Daraa después de que sus puestos de control fueran atacados por "terroristas". Las tropas establecen un "cinturón defensivo y de seguridad fuerte y coherente en la zona", aparentemente para defender Damasco desde el sur.
El gobierno sirio se ha referido a los hombres armados de la oposición como terroristas desde el inicio del conflicto, en marzo de 2011.
Tras la caída de las ciudades de Daraa y Sweida en las primeras horas del sábado, las fuerzas del gobierno sirio mantenían el control de cinco capitales provinciales: Damasco, Homs y Quneitra, así como Latakia y Tartus, en la costa del Mediterráneo.
Tartus alberga la única base naval rusa fuera de la antigua Unión Soviética, mientras que en Latakia existe una importante base aérea rusa.
En la nación rica en gas de Qatar, los ministros de Exteriores de Irán, Rusia y Turquía se reunieron para discutir la situación en Siria. Turquía es un importante apoyo de los rebeldes.
El jefe de la diplomacia qatarí, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, criticó a Assad por no aprovechar la pausa en los combates de los últimos años para abordar los problemas subyacentes del país. "Assad no aprovechó esta oportunidad para comenzar a involucrarse y restaurar su relación con su pueblo", afirmó.
El jeque Mohammed se mostró sorprendido por la rapidez con la que han avanzado los rebeldes y dijo que existe una amenaza real para la "integridad territorial" de Siria. La guerra podría "dañar y destruir lo que queda si no hay un sentido de urgencia" para iniciar un proceso político, indicó.
El viernes, los combatientes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) lideradas por los kurdos, que tienen el apoyo de Estados Unidos, capturaron amplias partes de la provincia oriental de Deir el-Zour, en la frontera con Irak, así como la capital provincial homónima. Esos avances suponen un revés para la influencia de Irán en la región, ya que la zona es la puerta de entrada al corredor que une el Mediterráneo con Irán, una línea de suministro para los combatientes respaldados por Teherán, incluido el grupo libanés Hezbollah.
Con la captura del principal cruce fronterizo con Irak por parte de las FDS y luego de que los combatientes de la oposición tomaran el control del paso de Naseeb con Jordania, en el sur de Siria, la única puerta de salida del gobierno sirio al exterior es el cruce de Masnaa con Líbano.
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