La oposición nicaragüense exhortó este lunes a la ciudadanía a desconocer la legitimidad de las elecciones del 6 de noviembre y no votar o anular el sufragio, aduciendo que serán "una farsa" para permitir que el presidente Daniel Ortega sea reelegido e instaure una "dictadura dinástica".
"Proclamamos desde ya la nulidad absoluta de estas elecciones fraudulentas y exigimos unas verdaderas elecciones", demandó la opositora Coalición Nacional por la Democracia (CND) en un pronunciamiento leído por la dirigente Violeta Granera en rueda de prensa.
Esta elección "sólo contribuirá a fortalecer una dictadura dinástica", agregó.
Ortega aspira a un tercer mandato sucesivo, esta vez con su esposa Rosario Murillo como candidata a la vicepresidencia por el gobernante Frente Sandinista (FSLN, izquierda).
La oposición, antes agrupada en el Partido Liberal Independiente (PLI, derecha), fue excluida en junio de los próximos comicios mediante una decisión del poder judicial, controlado por el oficialismo.
El mandatario también ha descartado invitar a organismos extranjeros de observación electoral, a los que tildó en junio de "sinvergüenzas". "Hacemos un llamado patriótico a cada ciudadano nicaragüense a rechazar (...) esta farsa electoral" haciendo "uso de nuestro derecho a la abstención", pidieron los líderes opositores en la declaración.
Llamaron además a las personas que "sean presionadas a asistir" a acudir a los comicios por el oficialismo a "votar nulo para expresar su repudio" a esta elección.
La oposición anunció que convocará a movilizaciones populares, pero sus dirigentes admitieron que antes tienen que vencer el miedo que los nicaragüenses tienen a manifestarse y expresarse en público. "La gente no quiere salir a las calles porque saben que van a ser reprimidos y no quiere hacer uso de la violencia", pero "en privado todo el mundo está en contra" con lo que hace el gobierno, dijo a la AFP el excandidato opositor a la presidencia, Luis Callejas.
En la conferencia participaron políticos de la disidencia sandinista y parte de los 28 diputados opositores que fueron destituidos el 29 de julio de sus escaños, por orden del tribunal electoral, también en manos del oficialismo. Las elecciones presidenciales y legislativas de noviembre serán disputadas por el FSLN y cinco partidos derechistas y uno indígena que son vinculados al oficialismo por la oposición.