Algunos de los economistas más conocidos de Cuba están cuestionando abiertamente las bases de la economía de estilo soviético y están diciendo que las reformas de mercado en curso son demasiado modestas para impulsar el débil crecimiento, informa Reuters.
Envalentonados por una "mayor libertad para debatir", son cada vez más decididos al criticar las rígidas instrucciones dispuestas desde las altas esferas del poder y el irregular manejo de las políticas en toda la economía, desde la banca hasta la agricultura.
Su influencia en las autoridades del Gobierno es difícil de calibrar, debido a la tendencia al secreto del gobernante Partido Comunista, pero es evidente que se les ha dado libertad de acción para pedir cambios.
Los economistas que están participando generalmente son miembros del Partido y algunos tienen contacto con funcionarios de alto rango, lo que sugiere que pueden influir en el debate para apurar y ampliar el alcance a las reformas que implementa el Gobierno.
Estos han pedido reformas económicas durante años, pero nunca habían apuntado tan directamente a los pilares del sistema.
Juan Triana, uno de los economistas más conocidos en la Isla, dice que reformas del Gobierno han señalado la dependencia a los mecanismos del mercado, pero las autoridades aún no han aceptado la competencia en partes importantes de la economía y para más de 2.000 empresas estatales.
"El costo de no reconocer la importancia de la competencia para el desarrollo se paga en menores tasas de crecimiento que el potencial, la asignación incorrecta de recursos, niveles de productividad y eficiencia por debajo de las fronteras de posibilidades del país y sobre todo con un significativo desestímulo a la innovación, uno de los motores principales motores de desarrollo", dijo Triana durante un seminario organizado por el Centro de Estudio de la Economía de la Universidad de La Habana.
Uno tras otro, los oradores en la reunión se unieron a Triana para pedir una reforma más profunda, según las copias de las presentaciones obtenidas por Reuters.
"Probablemente el denominado monopolio estatal de comercio exterior resulta en un fuerte obstáculo para diversificar y crecer en las exportaciones", dijo Miguel Alejandro Figueras, ganador del premio nacional de Economía en Cuba en 2007.
Si bien estas medidas han elevado las expectativas de prosperidad entre la gente, muchos están decepcionados por la falta de resultados, dijeron economistas.
La frustración pública por la falta de empleos bien remunerados ha contribuido a un fuerte aumento del número de cubanos que arriesgan sus vidas en viajes peligrosos e ilegales en precarias embarcaciones caseras, en busca de mejores oportunidades en Estados Unidos.
"Creo que la mayoría de los cubanos se están dando cuenta de que es mucho lo que se necesita que suceda, y están cada vez más frustrados por la falta de acción visible y decisiones negativas, tales como la prohibición de la venta privada de las mercancías importadas y las medidas aduaneras proteccionistas que perjudican a la población", dijo un economista que pidió que no se mencionara su nombre, debido a una prohibición de hablar con periodistas extranjeros.
Muchos comparan el proceso de Cuba a los primeros años de la reforma en China y Vietnam, cuando las medidas parciales demostraron su ineficacia y, finalmente, dieron paso a reformas más profundas.
Pero Castro se ha movido a un ritmo prudente, y pese a los llamados oficiales para dar espacio a la crítica en la prensa, rara vez se transmiten las opiniones poco ortodoxas en los medios de comunicación controlados por el Estado.
El índice de crecimiento económico fue menor de lo previsto, en el segundo año consecutivo de desaceleración y los precios de los alimentos están aumentando en promedio 10 por ciento al año.
Mientras tanto, más de 70 por ciento de la economía permanece en manos del Estado, por lo general en forma de monopolios.
En el reciente seminario, el economista Jorge Mario Sánchez criticó los monopolios estatales por estar fuera de sintonía con una creciente economía mixta y la competencia internacional.
"Una cultura de tipo Estado-céntrica (producción y comercio hecha desde y para el Estado), de uno u otro modo esta posición deberá comenzar a transitar hacia otra más amplia desde y para la sociedad", dijo Sánchez.