Idania del Río empezó a estampar sus primeras camisetas en Cuba en el año 2015.
Pero hace unas semanas, unos clientes le avisaron que Zara estaba lanzando una colección sospechosamente similar ...
Del Río, fundadora de Clandestina dijo a la agencia AFP que esto "afecta mucho a los emprendedores, a las marcas pequeñas, a los diseñadores emergentes porque degrada el posible impacto que puede tener ese diseño."
En su tienda de La Habana Vieja, decenas de turistas entran en Clandestina cada día.
Disfrutan de la moda cubana que se adapta a las limitaciones de insumos y aprovecha el reciente impulso a los emprendimientos privados: reciclaje, reinvención de prendas, frases y ruptura estética.
Blanca Yañez, una turista mexicana indicó que "la idea de lo original trasciende a más gente entonces cualquier copia es válida, porque sabemos que la originalidad es lo valioso."
Pero Idania sabe que demandar al gigante textil sería un proceso complicado desde su modesto emprendimiento.
Por eso da su batalla en las redes para denunciar a la compañía.
"Si te copian es que quieren seguir tu modelo y de alguna manera significa que has llegado a algún lugar” dijo Idania.
A pesar del embargo, Clandestina tiene margen para vender sus creaciones en Estados Unidos.
Y es así, y no con Zara, como quiere salir al mundo.