Miles de hongkoneses regresaron el domingo a las calles de la ciudad en una protesta contra los comerciantes de la China continental cercanos a la frontera y que finalmente terminó con decenas de personas arrestadas por la Policía.
Aunque la protesta comenzó de forma pacífica, entrada la tarde algunos manifestantes se salieron de la ruta acordada y lanzaron cócteles molotov a los agentes, lo que provocó que estos respondieran con gas lacrimógeno.
Los manifestantes se habían reunido en Sheung Shui, a sólo unos minutos en coche de la frontera con China, donde los residentes locales se han quejado durante años de las molestias causadas por los comerciantes de la China continental que compran allí productos para revenderlos.
La práctica, conocida como "comercio paralelo", permite a los comerciantes obtener ganancias a partir de las diferencias de precios entre China continental y Hong Kong, que, a diferencia de China continental, no cobra un impuesto a los bienes y servicios.
Las protestas llegaron de manera masiva a las calles hongkonesas el pasado 9 de junio a raíz de un controvertido proyecto de ley de extradición, ya retirado por el Gobierno, pero han mutado hasta convertirse en un movimiento que busca una mejora de los mecanismos democráticos de Hong Kong y una oposición al autoritarismo de Pekín.