La muerte de Gabriel Escarrer Juliá, fundador de Meliá Hotels International, ha generado numerosos mensajes de condolencias desde las más altas esferas del régimen cubano y muchos comentarios que condenan su papel como fuerte pilar del castrismo.
El medio especializado Reportur dijo que la partida del amigo personal de Fidel Castro (1926- 2016) y luego de Manuel Marrero y Miguel Díaz-Canel "supone la pérdida de la personalidad que se convirtió en el motor de la economía cubana durante cerca de cuarenta años como padre de su industria hotelera".
El gobernante cubano Díaz-Canel dijo que en Cuba están "conmocionados todos por el fallecimiento de Gabriel Escarrer", y Marrero se refirió a su partida como una sensible pérdida.
De hecho, su cadena llegó a administrar decenas de resorts en la isla desde 1990, cuando los cubanos tenían prohibida la entrada a estos hoteles y la tenencia de divisas era castigada con la cárcel.
La periodista cubanoamericana Ninoska Pérez Castellón dijo que los hoteles Meliá "son exitosos en todas partes y un fracaso en Cuba", donde "siempre cargarán con la mancha de fabricar hoteles en un país que les exigió negar la entrada a los cubanos".
Otro usuario de redes sociales señaló sus amplios vínculos "con la dictadura de Cuba y con el tirano Fidel Castro" y recordó que la cadena "tiene varios Hoteles en la Isla donde se explota a los trabajadores con salarios miserables y dónde los gerentes Cubanos son militantes del PCC y de la Seguridad del Estado".
Uno de los comentarios apunta: "Fue tanta la complicidad de este señor con Fidel, que el Dictador consultaba con Escarrer la autorización de cualquier inversión procedente de España".
"Era Escarrer quien daba el visto bueno a las empresas españolas que podían invertir en Cuba…personaje asqueroso", dijo el internauta.
En 2020 el gobierno de Estados Unidos prohibió la entrada a ese país de Escarrer, en aplicación de la Ley Helms-Burton, por considerar que la cadena Meliá explotaba dos hoteles en Holguín, en una parcela expropiada por el régimen de La Habana a la familia Sánchez-Hill. El Departamento de Estado señaló al entonces CEO del grupo Meliá por su gestión de dos hoteles confiscados por el castrismo.
El español fue de los precursores en operar empresas capitalistas en la isla comunista, de partido único y, a partir de su experiencia, fue un gran promotor de la inversión extranjera en la isla.
Reportur recuerda que Escarrer "se alzó como una figura diplomática clave en las relaciones de Cuba con España y Europa" y allanó el camino de otros gigantes hoteleros como Sunwing e Iberostar.
La última función oficial a nombre de la empresa la hizo en Cuba, cuando asistió a los funerales del ex dictador Fidel Castro.
Gabriel Escarrer Juliá renunció a sus poderes ejecutivos en diciembre de 2016, transfiriendo el control a su hijo Gabriel Escarrer Jaume.
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