Las elecciones del próximo domingo han devenido en reto para los activistas independientes que se han propuesto bloquear lo que consideran un ejercicio espurio, convocando a la abstención.
“Hace mucho tiempo estoy enfrascado a través de las redes, y otros medios de comunicación, en estimular a las personas para que, en primer lugar, no vayan a votar, y de no ser posible esto que en el acto comicial dejen la boleta en blanco o la anulen”, indicó, en conversación con Radio Televisión Martí, el líder del Movimiento Cubano Reflexión, Librado Linares.
“Solamente un pueblo que ha sido puesto de rodillas, puede aceptar un sistema electoral como éste que es fraudulento institucionalmente”, apuntó.
Pero la tendencia a la abstención en los últimos años demuestra que el otrora carácter monolítico de la sociedad cubana solo vive en el discurso oficial.
El gobernante Miguel Díaz-Canel reconoció en septiembre de 2022, a raíz del referendo del Código de las familias, que podría volver a ocurrir un “voto de castigo” contra al Gobierno por las duras condiciones de vida de la población.
El 26 de marzo más de ocho millones de cubanos están llamados a votar. Un total de 470 candidatos se presentan a un número igual de asientos en el Legislativo unicameral.
“Se impone por ley que más del 50% de los candidatos son seleccionados por una comisión de candidaturas formada por integrantes de las llamadas organizaciones de masas, que, en la práctica, no funcionan y que le deben su permanencia al apadrinamiento del PCC [Partido Comunista de Cuba] y a los ingentes recursos que se sacan del presupuesto para darles vida artificial”, dijo Linares y agregó:
“Más del 50% de los integrantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular son, generales, ministros, la alta dirección del Partido, todos impuestos como los candidatos únicos y que, con toda seguridad, van a ser seleccionados, porque es un sistema diseñado para que los castristas siempre ganen con holgura”.
Miembros de grupos independientes que prevén monitorear el proceso de votación nacional como la Comisión Cubana de Defensa Electoral (COCUDE), los Ciudadanos Observadores de Procesos Electorales (COPE) y los Observadores de Derechos Electorales (ODE) ya han recibido coacciones de la Seguridad del Estado para que no participen en el escrutinio en los colegios electorales.
“Los están citando a las estaciones policiales, los están amenazando, les están advirtiendo que no van a permitir la observación y que, de insistir en esto, van a ser apresados y enjuiciados”, denunció Zelandia Pérez, presidenta nacional de COCUDE, que tiene su sede en la capital cubana.
Desde hace varias semanas el gubernamental Consejo Nacional Electoral (CEN) ha estado divulgando los “rasgos que distinguen las elecciones nacionales”, entre ellos que el escrutinio es público.
“La población se pregunta: ¿Para qué voy a votar? Lo que voy es a ratificar una cosa que yo no elegí y para que todo siga igual, pues no voy. Y eso es el comentario que hay ahora mismo entre toda la población”, afirmó Pérez.
En Cuba, no está permitida la campaña electoral, pero la oposición dentro y fuera de la isla ha estado llamando a la abstención como señal de rechazo al sistema político.
En este sentido, el pastor y periodista independiente Alejandro Hernández Cepero reiteró que los candidatos fueron seleccionados por las asociaciones dirigidas y controladas por el Partido Comunista:
“En Cuba, hace 64 años no se realizan elecciones y esta del 2023, no va a hacer la diferencia. Va a seguir siendo el mismo performance cosmético de siempre para dar una imagen de participación ciudadana, de una falsa democracia participativa. Por ende, como no hay elecciones yo no voto porque en dictadura no se vota”.
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