La dirigente de la oposición de Bielorrusia, Svyatlana Tsikhanouskaya, demanda que Alekander Lukashenko abandone el poder en 12 días o que enfrente una huelga general que paralice al país, informó Radio Europa Libre (RFE/RL).
Demanda también la libertad de todos los prisioneros políticos y el fin del hostigamiento de los opositores que exigen el abandono del poder de Lukashenko, después de 26 años ininterrumpidos como dictador.
Tsikhanouskaya dice en una declaración emitida en “Telegram”, que el 26 de octubre comenzará una huelga general de todas las empresas, todos los caminos y calles serán bloqueados y las ventas de los comercios estatales sufrirán un colapso total. Dijo que los huelguistas tienen 13 días para prepararse y que mientras tanto, los bielorrusos continuarán con sus pacíficas y persistentes protestas.
Bielorrusia se ha visto conmovida por enormes protestas desde el 9 de agosto, cuando se realizaron elecciones presidenciales que dieron a Lukashenko el sexto término presidencial, entre acusaciones de engaños y un fraude generalizado. Tsikhanouskaya, cuyos partidarios mantienen que ella ganó las elecciones, abandonó Bielorrusia y huyó a Lituania con su familia después de las elecciones, por temores originados en amenazas contra su vida y la de los suyos.
Los EE.UU. y la Unión Europea rehusaron reconocer al “sexagenario” Lukashenko como el legítimo presidente de Bielorrusia. El 12 de octubre, la Unión Europea agregó a Lukashenko a su lista de sancionados.
El 13 de octubre, durante una conferencia telefónica con el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, el máximo diplomático de la Unión Europea, Josep Borrell, reiteró que su organismo mantiene que Bielorrusia tiene el derecho de elegir a su presidente, mediante la realización de “nuevas elecciones…elecciones libres y justas, sin interferencia extranjera”.
El ultimatum de Tsikhanouskaya tiene lugar después que el 11 de octubre, más de 500 personas fueran arrestadas por la policía en Minsk y otras ciudades de Bielorrusia, en los que los observadores describen como uno de los más grandes hostigamientos ocurridos en las últimas semanas.
Un asistente de Tsikhanouskaya declaró a la agencia de noticias Reuters, que la demanda había sido anunciada como respuesta a las amenazas de usar armas letales y al aumento de la violencia policial en las calles del país. Tsikhanouskaya espera que los países occidentales apoyen sus exigencias.
Al principio, Lukasehnko se enervó ante la sugerencia de mantener un diálogo con la oposición, pero el 10 de octubre, visitó una prisión de la KGB para hablar con activistas encarcelados, incluyendo Viktar Babaryka, un político que fuera arrestado en julio y a quien se le prohibiera presentarse como candidato en las elecciones.
La agencia estatal de noticias BelTA, anunció que Lukashenko se ha referido a proponer cambios a la Constitución, a realizar reformas como medida para poner fin a la crisis política, mientras que sus críticos consideran que sólo se trata de una maniobra para ganar tiempo y continuar controlando la situación.
Al día siguiente, las autoridades aumentaron su hostigamiento sobre los opositores, dispersaron a multitudes de protestantes con cañones de agua y granadas de contusión, hiriendo a decenas de manifestantes y arrestando a centenares de ellos.
Tsikhanouskaya dijo que hace dos meses, despertaron en un día regular y acudieron a las urnas de votación. Votaron por un cambio y más tarde salieron a las calles para reclamar sus votos…y lo que consiguieron fue recibir balas, palos, jaulas de prisión y mentiras con respecto a los resultados de las elecciones.
(Artículo de Radio Europa Libre, emisora del gobierno de EEUU)